martes, noviembre 12, 2019

Pepe García RIP

Se esfumó mi ilusión de que pudiéramos repetir nuestra colaboración con Pepe Garcia en una experiencia de jazz y títeres. Falleció ayer, luego de un vertiginoso empeoramiento de su condición general. Uno lo siente como un fallecimiento prematuro pese a sus 86 años, porque su vitalidad era tan fuerte. Hasta no hace mucho seguía posteando en redes sociales. En las vacaciones de invierno pasadas quiso volver a presentarse en público junto a Luis Reales, su ladero de siempre. Pero luego de un par de funciones debió resignarse. Sus hijos debieron internarlo en un hogar para que se lo pudiera atender adecuadamente. Siempre pensé que iba a tener tiempo para ir a visitarlo. Se ve que no hay que demorar ciertos propósitos. 
Algún colega y amigo músico no supo entender el porqué de mi insistencia de tocar junto a él. Es que yo veía tanta compatibilidad entre su técnica y la nuestra. Si bien tenía guiones más o menos pre-establecidos e incluso obras registradas, su tratamiento nunca se ajustaba rígidamente a un libreto. Uno diría que improvisaba, con la misma limitación del concepto de improvisación que tenemos lo jazzeros cuando interpretamos un tema. Y su repentismo era sorprendente...de golpe un gesto, una palabra, una ocurrencia inesperada irrumpía como un destello sobre el fondo de un paisaje narrativo magistralmente desplegado.
Gracias Pepe...seguiremos improvisando como vos, y tratando de sostener el humor frente a las adversidades. Al menos pudiste vivir el retorno de tu amado peronismo en el triunfo de Alberto y Cristina. 
Aquí, un viejo gorila arrepentido grita con vos ¡Viva Perón, Carajo!

lunes, septiembre 30, 2019

Jazz & Beer

En los últimos tiempos pareciera que nuestro jazz se ha refugiado en las cervecerías. Se da la contradicción de que una música no comercial, se ofrece en lo que es estrictamente un negocio. La venta de cerveza artesanal se extiende cada vez más, en la que en medida inversa se se reduce la apreciación de una música que se aleja del consumo popular. 
¿Cuál es la explicación de esta paradoja de época? 
Se entiende que pese al alto costo del brebaje, en estos locales la gente puede acceder sin pagar entrada, socializar, quizás matar el hambre con unas papas. Aquellas pantallas planas mudas que antes poblaban los locales han dado lugar a que haya tres o cuatro músicos que proveen un fondo sonoro a la charla y las sociales.
 ¿Cuál es el beneficio para los músicos?. Quizás tocar por unos pesos (pocos)  frente a algo que parece un público, aunque no haya oyentes, sino  cuerpos que están en otra cosa.. Y después de todo, un músico también quiere tomarse una pinta, y si el local es generoso, comer algo. Pero sorprende la poca atención que concita la música en relación al  despliegue de inversión en instrumentos, estudio, y esforzada adquisición de las habilidades requeridas para tocar jazz hoy..
Por otro lado pareciera que un músico no puede no tocar. Con la misma compulsión de querer contar un buen chiste a otras personas, insiste en regalar su arte aunque fuera en tierra infértil. Hay algo que se parece a la predicación religiosa. Nunca se sabe cuando entre la masa informe se puede tocar alguna sensibilidad especial, o sumar alguna otra alma a la causa. 
Habrá que concluir que el jazz es como los yuyos, que insiste en crecer y forzar su aparición entre las baldosas indiferentes.

lunes, septiembre 23, 2019

Gigs de Primavera.

Jueves 19/09/19 - Los Carlitos. en el Club Tri. Una reaparición en el marco de que el grupo reinició sus ensayos previos a grabar su cuarto disco.  Fue una presentación un tanto desordenada pero contó con el aporte desopilante de dos raperos, Matías Grisola yIgnacio Greco que nos acompañaron en nuestros dos temas finales. 

Sábado 21/09/19 El día de la primavera vino con bastante actividad musical. En primer lugar en el Ciclo de Música de Cámara en el ECEM, en la que se presentaron jóvenes instrumentistas ejecutando obras compuestas por compositores marplatenses, igualmente jóvenes. Conformaron un recital sorprendente. El programa también incluyó una obra del legendario Morton Feldman, y concluyó con un homenaje musical al militante asesinado  Mariano Ferreyra compuesto y dirigido por Nahuel Flores, quien además es uno de los organizadores del ciclo. Nahuel está preparándose para ingresar en el programa de dirección orquestal del IUNA, por lo cual se le ve más inclinado a invertir su tiempo en actividades de corte académico y menos a tocar la batería en nuestros conjuntos de jazz.

Luego debí cargar la tuba y partir para El Balcón de los Santos en Santa Clara del Mar para tocar con Bocaguasa.  Nos encontramos con que casi no había público pero que nuestro banjista Julián Tavela trajo en su camioneta a cuatro integrantes de su Ensamble de la Orquesta Escuela Vivaldi. Después de oficiar de público tomaron sus instrumentos e inundaron el cielo de Mozart, Bach y Astor Piazzolla. Una noche mágica. 

Domingo 22/09/19.  La noche anterior me había tenido que privar de escuchar el Quinteto de Valentin Garvie y Rodrigo Domínguez que efectuaba una grabación y filmación en vivo en el SUM del ECEM. Pero decidieron hacer una fecha adicional en la cervecería Brew House, donde las bandas tocan los domingos a la noche, pese a lo poco adecuado del lugar para hacer música sofisticada.
Pero me dio la oportunidad de escuchar las composiciones de los dos cabezas de banda, acompañados por el dream team de Nicolás Pasetti (str.bass) Lucho Monte (drs) y Julián Maliandi (gtr). Interesante ver como el público del lugar evidenciaba su indiferencia frente a un grupo que reunía a cinco de los músicos más calificados del país. Me dejó pensando....

viernes, septiembre 06, 2019

Guillermo Yanícola. RIP

Me tuve que tomar un tiempo antes de escribir unas palabras sobre la despedida de Guillermo. Es que el domingo pasado (1/9/19) sentí un cachetazo fuerte cuando empezaron a circular los whatsapp sobre su muerte. Estuve pensando que había cierta injusticia en el hecho de que él hubiera nacido en Mar del Plata y no en Nueva York, Berlín, o algún centro cultural del primer mundo. Y también que nuestra ciudad es ingrata con aquellos artistas talentosos como él. También sentí culpa, por no haber ido a ver sus múltiples puestas. Sí fui a escucharlo tocar con su Banda de los Ausentes , o sea su espectáculo unipersonal. Recuerdo aquella vez en que fui el único miembro del público, acompañado por el dueño, y un par de personas más del lugar. Hizo su show con absoluto profesionalismo, como si se tratara de un teatro de localidades agotadas. Sus canciones eran musicalmente interesantes, y las letras llenas de ingenio y de humor. Debería decir que son, porque hay quienes los han tomado para interpretarlos. Cecilia Pugliese por ejemplo, las ha incorporado a su repertorio. Algunas de sus piezas teatrales, en particular Disparate,  pero también tantas otras, seguirán siendo interpretadas. Muestra de lo prolífico de su obra es que en este momento en que se celebra el Festival de Teatro Independiente de la ciudad, se suben a escena tres de sus obras.
Mi experiencia personal con él data de hace muchos años atrás. Yo lo había vista tocar en un grupo llamado Entretrés, un trío que hacía música original que no encajaba en ningún estereotipo de género. Quizás fue lo más cercano a una música propia de nuestra ciudad, al margen de algunos proyectos  de los hermanos Corradini. 
Su ladero de aquel trío, Marcelo Iglesias me convocó una vez a integrar una banda, que creo que se llamaba Sudestada. El repertorio consistía en composiciones de él y de Guillermo, que en este caso tocaba bajo eléctrico. Los temas tenían esa misma impronta que remitía a música nacional, pero con un gesto más jazzero.  Recuerdo que en una de las pocas veces que llegamos a tocar, estaba entre el público Rodolfo Alchourrón, (de Sanata y Clarificación, arreglador de Piazzolla y tantas otras cosas) que había desarrollado una amistad con Marcelo. 
Quisiera abrazar aquella idea tan típica de la cultura de New Orleans, que aunque da lugar a un momento de llanto, luego pasa a celebrar la vida del finado, a festejar sus cualidades y las cosas buenas que deja tras de sí. Pero se ve que me cuesta.

domingo, agosto 11, 2019

La Vuelta de Garmendia

10 de Agosto - Sum del Ecem - Cuarteto de Ornella Contreras - Quinteto de Martín DeLassaletta.

¡Hola, aquí está Garmendia de vuelta! Decidí volver a a darme una vuelta porque el dueño del blog es un viejo fatiga que hace montones que no activa, así que vengo a darle una mano. 
Anoche fui a la cueva esa del Ecem donde los fines de semana se presentan algunas de esas bandas de ICM.  La verdad es que mucha suerte no tuve. Primero tocaron los pibes que forman como "Cuarteto de Ornella Contreras". No tocan mal, pero yo les aconsejaría a sus padres que no los dejen salir tanto de noche. Y además corren el peligro de adoptar las malas costumbres de esos músicos que se la pasan tomando birra y cosas.  No niego que si toman un poco más de mamadera van a sonar bastante bien. Eso sí, que se dejen de componer temas propios. Con todas las canciones lindas que hay no veo porque tienen que aumentar la polución sonora.
Pero lo que vino después fue el desastre total. Un quinteto de extraviados que hacían esa música inconsistente. Al menos el director, un tal DeLassaleta, tocó calzado esta vez. En otras oportunidades lo he visto subir al escenario con sus patas sucias al aire. De los demás diré que prefiero el pudor de los jovencitos que los precedieron. El trompetista por ejemplo, un rubiecito medio gordito se la pasaba haciendo una gran demostración de nada, tratando de impresionar con sus aguditos y sus corridas de notas que seguro que salen con solo mover los dedos rápido para cualquier lado. Al pelado del saxo habría decirle que mejor que se vaya a elongar al gimnasio. Tocaba pipí para arriba, luego bajaba popó para abajo, saltando de un lado a otro como un canguro.  El guitarrista hacía tronar su equipo con sopapos de ruido. Lo único un poco divertido fue un momento en que el baterista empezó a sacudir sus tambores como para demoler el edifico. Pero duró poco. Pronto volvieron a tocar esa música que no dice nada. 
Bueno, me despido por ahora. Espero haberles ahorrado un momento de aburrimiento, si es que en algún momento pensaron ir a ese lugar a escuchar algo. 

lunes, abril 29, 2019

Valentín en la Ballena Azul

24-04-19 - Concierto de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto -  en la Sala Sinfónica del CCK (Centro Cultural Kirchner) - Solista: Valentin Garvie - Dirección: Gustavo Fontana.


El piquete de taxis que me recibió en el aeropuerto Jorge Newbery  casi frustra mi asistencia al concierto de Valentin en el CCK. Había hecho malabares para llegar en horario, apelando a viajar por avión y tenía poco margen para llegar a horario. Por suerte un taxista disidente me dejó subir a su asiento de acompañante, y disimuladamente salimos como pudimos para el CCK.
No conocía la sala sinfónica, apodada la Ballena Azul, que es realmente una estructura magnífica de la que todos deberíamos sentirnos orgullosos. Sus cómodas butacas permiten una buena visión del escenario semi-circular, ideal para la disposición de un organismo sinfónico. La decoración de sus paredes laterales está concebido con un criterio acústico, y en el fondo se vislumbran los tubos de un enorme órgano que completa la ilusión de que no estamos en nuestra pobrecita patria, sumida en una crisis económica terminal. Siempre es la cultura la que se considera superflua y que puede ser atacada con los cortes presupuestarios. Pero por un momento al menos, uno se podía sentir inmune. La Orquesta Nacional de Mùsica Argentina Juan de Dios Filiberto carga con un nombre demasiado largo, y con la responsabilidad de poner en relieve el trabajo de compositores argentinos. Viene de un período en que sólo ejecutaba obras del campo del folklore y el tango, pero ahora amplió su espectro para abarcar un repertorio más académico. 
Así se escucharon tres obras. La primera fue la Sinfonía del Río de la Plata, una pieza amable que quizás concede demasiado a ciertos  rasgos característicos de la música popular nacional, lo cual  le confiere cierta ligereza. La participación del trompetista solista Ezequiel Méndez elevó el interés de una música que pareciera demasiado presa del bando más folklórico del debate Paz-Ginastera. 
Lo siguieron las Cuatro piezas para trompeta y orquesta de nuestro Valentín Garvie. En contraste con lo escuchado anteriormente la música parecía volcar un chorro de aceite hirviendo sobre el público. Es difícil el poder adoptar una identidad musical nacional. Las piezas de Valentin claramente reflejan su perfil forjado en la música contemporánea europea. En momentos se asomaban reflejos jazzeros, pese a que su instrumentación incluía una fila de bandoneones y hasta la participación de un charango. Acostumbrado a la versión de youtube de dos de las piezas tocadas por la Orquesta Sinfónica de Rosario, el orgánico del la Juan de Dios parecía no poder ofrecer la contundencia requerida, y de a momentos  quedaba desbalanceada en relación a un solista hiperactivo y de despliegue virtuosístico. Trato de ser crítico...pero obviamente me tocan las generales de la ley. Claro que me siento íntimamente vinculado con esa composición (y compositor) , ya que se trata de una música y un músico que me conciernen tanto. Mis intentos de parcialidad son un tanto fallidos.
El concierto  cerró con la Serenata para orquesta, op 43 de Guillermo Zalcman. Que la obra figure con número de opus da una medida de lo prolífico de la producción de este compositor. La Serenata logra sortear con bastante éxito el dilema planteado más arriba, y no hace concesiones fáciles al nacionalismo musical. Es una partitura que refleja un conocimiento profundo de la paleta orquestal, y por momentos su complejidad contrapuntística es desafiante. Recién en el último movimiento (Danza) el espectro  de Ginastera parece campear sobre la música. 
La eficacia en la conducción de Gustavo Fontana se puso especialmente de relieve en esta obra. Su prolijidad y gesto claro fueron claves en lograr un muy buen resultado de la orquesta. 

martes, abril 02, 2019

La mujer que ronca

28-03-19 - La mujer que ronca - Sala Piazzolla del Teatro Auditorium - Dirección Artística y Coreografía:Andrea Berutti - Mùsica: Los Carlitos.

Hace unos cuantos años, en un espectáculo homenaje a María Lozzi, vi la labor de un cuerpo de danza dirigido y coreografiado por Andrea Berutti.  En cierto modo fue una experiencia inolvidable, y desde aquella vez tuve la intención de colaborar musicalmente con bailarines enrolados en esa estética. Siempre me interesó la danza contemporánea, por haber visto muchas obras en Europa, y deseando que Mar del Plata también contara con esa herramienta artística. Hay características de la nueva danza que liberan al estilo clásico de ballet de muchas de sus restricciones. Permite un despliegue corporal que utiliza movimientos que no están permitidos en la tradición, y sobre todo desdeña el biotipo de la bailarina ideal, flaca, esbelta, alta, de rodete, para incluir la belleza de todo tipo de cuerpos. Además muchas de sus expresiones incorporan la posibilidad de la improvisación, y por lo tanto encuentro una afinidad natural entre el jazz y el baile contemporáneo.

Así fue que empezamos a colaborar con el espectáculo que tiene el nombre un tanto desconcertante de "La mujer que ronca", donde roncar no se refiere a una apnea del sueño, sino a una figura coloquial sudamericana que significa que "manda" o se posiciona firmemente. Cuando Andrea me propuso la colaboración faltaba muy poco tiempo para la fecha del estreno, de modo que hubo que apresurarse a sostener musicalmente un espectáculo de una hora de duración. Parte de la música fue parafraseada de música que ya usaban los bailarines para componer los primeros cuadros, otra porción correspondió al repertorio Carlitos, y hubo secciones acompañadas de impro libre, ya fuera de instrumentos solos o de conjunto.

El método de trabajo de Andrea y sus catorce bailarines es la del  "work in progress", por lo que hubo modificaciones coreográficos que se introducían hasta último momento, implicando cierto desconcierto a la hora de proporcionar el marco musical. Pero sobre todo, lo que causó una cuestión difícil de superar es la diferente cultura de trabajo que impera en el mundo de la danza, casi opuesta a la que estamos acostumbrados los músicos de nuestra escuela. Para empezar, los bailarines ensayan muchísimo, a veces más de cuatro veces por semana. En cambio en nuestro campo hay casi un desprecio por el ensayo...se considera una señal de pericia el poder subir a un escenario y desgranar un repertorio completo y complejo con el mínimo tiempo de ensayo. Hay una valoración  del arreglo escrito, establecido por el compositor/arreglador, que ahorra tiempo de búsqueda al tanteo. De modo que hubo que negociar los ensayos hasta el límite por lo tolerable por el grupo.  En total, fueron 4 ensayos...5 si sumamos el general, más algunas visitas uno o dos de nosotros que hicimos a la compañía mientras construían su coreografía. 
Por suerte todo tomó forma con la ayuda de una línea de tiempo o guión sobre el que pudimos organizar nuestra participación. En el estreno todo funcionó satisfactoriamente, pese a los nervios, sobre todo los míos!

martes, marzo 12, 2019

Verano del ´19

Este blog duerme la siesta de los vagos....han pasado mil cosas mientras sentía que estaba demasiado ocupado para actualizarlo. Ahora haré un pequeño resumen

Disfruté enormemente este verano de tres conciertos de la Camerata Mar del Plata. Vuelvo a encontrarme con la maravilla de la autogestión.  Este grupo de músicos jóvenes viene proponiendo programas de música barroca y composiciones para cuerdas con una energía realmente notable, y que se traduce en su forma de interpretar música. Todo comenzó con un primer concierto en la que tocaron dos dobles conciertos de JS Bach, el primero con los solistas Luisina Rábago y Antón Sullivan, y el segundo con los hermanos Pablo y Ruben Villalba.  Luego asistí a tres conciertos más, por lo que parece que me he vuelto fana de ellos.
 Al modo de la histórica Camerata Bariloche, tocan de pié y sin dirección. La mayoría de sus integrantes provienen de la Orquesta Amadeus que formara y dirigiera Willy Sotelo, quien además fue el responsable de la enseñanza musical de casi todos ellos. Más allá del debate que se produjo alrededor de su persona, lo que es innegable que su docencia musical ha sido muy fructífera, y casi diría que más fructífera que la producción de los organismos oficiales de enseñanza musical.
https://www.youtube.com/watch?v=pyJocp8L0V4&feature=youtu.be&fbclid=IwAR3CiGhL6DJ5ppx0RLQ99Ir2DAlc5R_VW-Pm9rGGssVikjv_yqAnflXDeEY


Asistí a demasiados gigs como para reseñar a todas. Con respecto a nuestra propia actividad sólo diré que hubo una noche memorable con Los Carlitos en el jardín del Balcón de los Santos en Santa Clara del Mar, con Valentin Garvie como invitado. 

Bocaguasa tocó casi todas las semanas, en la Feria Diagonal de Artesanos. Fue los más parecido a tocar en la calle, ya que armábamos informalmente en la esquina de San Martín y la diagonal, y la gente aportaba unos pesos en un estuche abierto para recibir contribuciones. 

That´s all folks.