martes, junio 22, 2010

Nuevamente Néstor Astarita

11 de Junio -Nestor Astarita - Tributo a Miles -La Bodega del Auditorium

Volvió a nuestras playas, y al ciclo de Félix Barone, el decano de los bateristas argentinos, Nestor Astarita. Esta vez acompañado de James Suggs en trompeta, Pablo Raposo en piano y Pablo Carmona en contrabajo, presentó uno de sus proyectos permanentes, su Tributo a Miles.
En una entrada anterior me atreví a criticarlo a Néstor por sus referencias históricas proyectadas en video sobre sus intervenciones en la historia del jazz argentino. Me parecía que le quitaban filo a su vigencia actual como uno de los músicos más inspirados de nuestro medio. Esta vez comenzó el set sentado en su instrumento conversando un rato con el escaso público que fue a escucharlo en la Bodega. Allí explicó que los músicos, los verdaderos músicos de jazz, tocan con el mismo entusiasmo se trate de que haya una persona en el público, o mil. Luego recordó los días en que tocaban en el local histórico Jamaica, y luego el que se llamó 676, y más adelante en Jazz & Pop.
Relató la felicidad que tenían esos históricos por poder tocar todos los días de la semana, matizado por el hecho de que había ocasiones en que apenas habría dos o tres personas en el local como público, o aún, noches en que no iba nadie a escucharlos. Reveló que las chicas que trabajaban en la noche y que hacían base en el lugar juntaban la plata entre ellas para pagarle a los músicos. En fin, habló de las dificultades, pero también de las enormes satisfacciones que tuvieron aquellos que se declararon músicos profesionales de jazz, en ésa y muchas otras ocasiones. Habló de su intención de hacer una gira al interior, iniciando su presentación de esa misma manera, quizás auxiliado por un viejo fonógrafo, y tocando algún disco de aquellas primeras épocas de Los Georgians. Su plática me conmovió, y hoy me declaro muy a favor de esa idea.
En cuanto al aspecto musical, fue una excelente noche de jazz, que contó con otra revelación: el trompetista estadounidense James Suggs, que se ha aquerenciado en Buenos Aires. Cuenta con una sólida base técnica por su formación clásica, y su musicalidad hace que sus intervenciones siempre sean interesantes y oportunas. El pianista Pablo Raposo, que hemos escuchado en otras oportunidades también brilla, y la energía del contrabajista Pablo Carmona sorprende por su soporte armónico. Vuelvo a celebrar la interpretación de Astarita, que supera el aspecto meramente rítmico , para ofrecer un verdadero diálogo con el resto del conjunto.

jueves, junio 17, 2010

Apabullante respuesta a la encuesta....

Tuve como resultado de mi "encuesta" la masiva cantidad de ..... una (1) respuesta. La obtuve de Sebastian Del Hoyo. Como me lo mandó por mail en vez de dejar el comentario, la hago disponible aquí, ya que me pareció interesante:
coincido con todos los items ...sobre todo el e) ...
creo que lo único que avalaría toda esta cuestión, es que la composición así lo requiera....
yesterday de lennon tiene nueve compases...y no molesta para nada...
se me ocurre también una versión de all the thing you are de melhdau que esta en 7 /8... pero
toda la canción... osea, como que dentro de la deformación mantiene una cierta musicalidad.
quizás también esto de nuevas estructuras, se genere esto por el agotamiento de la forma AABA...
como te decía ayer, no me parece atractivo, si es solo un ejercicio matemático, donde disfruta
solo el que se sabe la vuelta.( el publico ni hablar que no va a disfrutar de nada).

Concluyo, gracias a las reflexiones de Sebastián, que por cierto debe haber un agotamiento de la forma AABA, y la cuestión pasa impulsar nuevas formas en la composición. Algo de eso está sucediendo, sin duda.

viernes, junio 04, 2010

Encuesta: Rhythm Changes o Change Rhythms

Yo creía que escribir este blog era un ejercicio de autoerotismo solitario. Pero resulta que me entero que hay alguna gente que lo lee! Hoy apelo a estos pocos pero dedicados lectores para que me ayuden a despejar una duda que me perturba en estos días.
Ocurre que ante la probabilidad futura, (ojo, mera probabilidad) de poder acompañar a un distinguido músico porteño en alguna presentación local, me encuentro revisando alguna de sus composiciones para familiarizarme con el material que quizás tenga que tocar. Para formular mi pregunta primero debo exponer el problema:
Ocurre que desde el año 1930, fecha en George Gershwin estrenó un musical que contenía la canción I've got Rhythm (Tengo Ritmo), su secuencia de acordes ha sido utilizado en un sinfín de temas que a su vez se han convertido en standards como el clásico Lester Leaps In, el Parkeriano Anthropology, o el reiterado Oleo de Sonny Rollins. Aún mas, esta cadencia, (que en realidad está tomada de la más elemental sucesión armónica dictada por el requerimiento del sistema tonal, utilizado de mil maneras en la música clásica) compite en las jam session con la estructura de blues como forma básica para improvisar. Como quien diría, para tocar "algo que conocemos todos" Adopta la forma clásica A1, A2, B, A3, o más conocido como AABA.
Pues bien, no me interesan por ahora los acordes involucrados, sino su métrica habitual, que sigue el patrón de 8 compases, siempre de (4/4), del siguiente modo:
A1 = 8 compases
A2 = 8 compases
B = 8 compases
A3 = 8 compases
Que al repetir la secuencia se encuentre seguidas tres vueltas de A sumando 24 compases alrededor del mismo centro tonal, hace que el desprevenido se equivoque.
(Nunca falta el huevón que se manda al puente B fuera de lugar. Arruina todo y causa que todo el mundo se acuse mutuamente de haberse equivocado.)
Ahora bien, en una primera escucha de uno de los temas del ilustre músico visitante, que a su vez pertenece al club de jazzeros capitalinos que han estado aprendiendo maldades en Boston, me encuentro con un tema que en una primera audición identifiqué como un clásico "Rhythm Changes". Un resto de duda me hizo escuchar nuevamente, porque escuchaba cosas que no cerraban del todo. A continuación desarrollé una obsesión que aún me habita, motivo por el cual escribo en este momento. Resulta que luego de intentar varias fórmulas, creo haber llegado a establecer la forma que adopta esta variación de la forma clásica:
A1 = 6 compases (4/4)
A2= 6 compases (4/4)
B = 5 compases de (4/4) + un compás de (3/2)
A3 = 6 compases (4/4)

¡Hay que ser jodido!

Pues bien, aquí vienen mis preguntas, puesto que una vez identificada la estructura, me encuentro repasándola mentalmente para ver si me puedo familiarizar con ella, cosa que interfiere en mis actividades, mi descanso y hasta mi trabajo. Mi esperanza es que semejante intrusión puede ser calmada una vez que haya decidido si esto me divierte o me molesta soberanamente. De modo que quisiera saber si:
a) Es un ejercicio deliberadamente rebuscado, que no agrega ni quita nada al público que va a escuchar una tocada de jazz.
b) Es un giro que dota algo original a lo habitual, y renueva el interés por la forma.
c) Es una contraseña que identifica a quienes lo pueden tocar a modo de secta (como cuando los boperos originales inventaban un modo de tocar que los separaba del montón)
d) Es un ejercicio que amplía las herramientas y recursos tanto del músico como del público.
e) Es un fastidioso truco que sólo sirve para hacer tropezar a los incautos, y además refuerza la noción de que toda forma es superflua....¡toquemos free jazz y a la mierda!
e) Autoerotismo parecido a escribir blogs.
f) Cualquier otro comentario que pueda auxiliarme...

¡A ver si alguien se anima!
(Escuchando en este momento: Prolix de Dave Douglas....compases irregulares por todos lados)