lunes, septiembre 30, 2019

Jazz & Beer

En los últimos tiempos pareciera que nuestro jazz se ha refugiado en las cervecerías. Se da la contradicción de que una música no comercial, se ofrece en lo que es estrictamente un negocio. La venta de cerveza artesanal se extiende cada vez más, en la que en medida inversa se se reduce la apreciación de una música que se aleja del consumo popular. 
¿Cuál es la explicación de esta paradoja de época? 
Se entiende que pese al alto costo del brebaje, en estos locales la gente puede acceder sin pagar entrada, socializar, quizás matar el hambre con unas papas. Aquellas pantallas planas mudas que antes poblaban los locales han dado lugar a que haya tres o cuatro músicos que proveen un fondo sonoro a la charla y las sociales.
 ¿Cuál es el beneficio para los músicos?. Quizás tocar por unos pesos (pocos)  frente a algo que parece un público, aunque no haya oyentes, sino  cuerpos que están en otra cosa.. Y después de todo, un músico también quiere tomarse una pinta, y si el local es generoso, comer algo. Pero sorprende la poca atención que concita la música en relación al  despliegue de inversión en instrumentos, estudio, y esforzada adquisición de las habilidades requeridas para tocar jazz hoy..
Por otro lado pareciera que un músico no puede no tocar. Con la misma compulsión de querer contar un buen chiste a otras personas, insiste en regalar su arte aunque fuera en tierra infértil. Hay algo que se parece a la predicación religiosa. Nunca se sabe cuando entre la masa informe se puede tocar alguna sensibilidad especial, o sumar alguna otra alma a la causa. 
Habrá que concluir que el jazz es como los yuyos, que insiste en crecer y forzar su aparición entre las baldosas indiferentes.

1 comentario:

Bocha dijo...

Cuanta Razon tenes Esteban querido!! Tocar para sordos que ademas estan en otra cosa..Abrazooo de gool , avanti con tu musica !!