miércoles, octubre 14, 2020

Omisiones 2

 Por supuesto que no hay forma de cubrir todos los datos en una entrevista que recorrió un período de 40 años. También hay que aceptar que uno meta la pata en algunos lugares. Hablé de una jam memorable que debe de haber sido en 1975 en Canotier, en la que cayeron los músicos de una orquesta sinfónica. Debería haber precisado que se trataba de la Orquesta Sinfónica Nacional, la gran OSN, nuestro tesoro nacional que languidece entre la pandemia y la desfinanciación estos días. Claro, habrían venido a mdq a tocar alguna obra de Gerardo Gandini, lo que explicaría su aparición aquella noche, y la presencia de dos saxofonistas del campo del jazz como Nymar Tenreyro y Hugo Pierre. Seguramente su obra estaría orquestada para estos instrumentos que no suelen habitar el orgánico sinfónico.

No mencioné a Quique Brahms, un actor de aquella prehistoria, animada por muchos de los músicos profesionales interesados en el jazz, y que lateralmente lo ejercían cuando el oficio lo permitía. (Sí di cuenta de él en una entrada anterior de este blog)

En el terreno de las vanidades, quizás tendría que haber mencionado a Viva Buddy Bolden, la banda cuyo nombre adopté para este blog. Con su extraño repertorio de retro-jazz, alcanzó una mención en los medios nacionales (para inquina de los amigos del Jazz Club) gracias a la crítica de Diego Fischerman.

Para lo que pueda servir, aquí rescato el link de youtube de la entrevista, por si lo quisiera visitar más adelante:

https://www.youtube.com/watch?v=TnacwG6aeJE&feature=youtu.be


martes, octubre 13, 2020

Omisiones- Cacho Giliberto.

 Ayer se largó el stream de la entrevista que me hizo Martin DeLassaletta en el ECEM. Una conversación informal siempre está plagado de imprecisiones, errores y omisiones. Algunas me molestaron particularmente. No hice ninguna mención a Cacho Giliberto, un tipo que gestionó mucho jazz en Orion y que además desde sus micros en radio AM hizo una gran tarea de difusión. Activo organizador de bailes en su ciudad natal de Quilmes, contrató muchísimas veces a las legendarias bandas de dixieland argentinas, particularmente a los Georgians, donde tocaban los históricos Fats Fernandez, Carlos Acosta, muchas veces Carlos Balmaceda, y Jorge Cichero.

Quiso trasladar ese mismo perfil a Mar del Plata donde llegó huyendo de un fracaso comercial, causado por ciertas operaciones dudosas. Apasionado por el baile, ponía todo su entusiasmo a la vista en cada uno de los gigs que organizaba.

Muchacho del sur del conurbano, no era un intelectual, y su visión de las cosas era de cierta ingenuidad y sencillez. Por algo el nombre de sus programas y de su ciclo era "Simplemente Jazz". Eso le valió el odio y desprecio de los "muchachos del centro" de mdq, que en general se concentraban en el Jazz Club, (organización que sí mencioné en la entrevista). Sufrió mucha discriminación por aquellos que se consideraban la élite del jazz.

Cacho podría ser simple, si, pero tenía nobleza. Tenía gustos eclécticos en el terreno del jazz tradicional, y podía entusiasmarse con algunas manifestaciones que podrían ser juzgadas de mal gusto, porque a él le parecían buenas para bailar. Pero también se conectaba muy fuertemente con las grabaciones de oro del jazz negro histórico. Su amor por el primer Armstrong era fuerte...cuando decía "el negro" sentía una conexión fraterna, de esas que se forjan en el barrio y  la juventud. 

Cacho había fumado mucho. En consecuencia sufrió un epoc que terminó con su vida prematuramente.. Insistía en seguir activo portando su mochila de oxígeno. Mi último recuerdo fue llamarlo antes de salir de viaje, y él estaba internado. No sin cierto esfuerzo para emitir la voz, me agradeció la llamada. Cuando regresé de las vacaciones, Cacho ya había fallecido el 31 de Julio de 1998. En la foto se lo ve a Cacho de campera marrón, creo que rodeado de músicos en alguna de las ediciones del festival de La Pampa, a la que gustaba concurrir.



.