20 de Julio - Dickens Bar - Julián Maliandi Trío - (J. Maliandi gtr - J. Puyol-drs - N. Pasetti bass.)

Hola, soy el sobrino de Garmendia. Me mandaron a cubrir esta tocada a Dickens, donde Maliandi estuvo haciendo un ciclo. A mi me gusta mucho más ir a Abbey Road. Ahí hay más gente, música más interesante, más pendejas y eso. Bueno, acepté ir para darle el gusto a mi tío, así que me fui para allá, pedí una cerveza y traté de concentrarme en la música. Tarea imposible, porque enseguida me distraigo. No se entiende nada lo que tocan esos tipos. Bueno, un poco lo del baterista sí...se ve que ha estudiado, al pedo, pero mucho. El contrabajista ya lo he visto otras veces, siempre pone esa cara de perro culeando. Yo no sé porqué no toca un bajo eléctrico, que suena más fuerte y es más cómodo para llevar. El guitarrista Maliandi dicen que viene de tocar en EEUU, pero los guitarristas americanos que yo conozco le meten más onda...qué se yo, suenan más, le ponen efectos, como cuando uno dice "me rompe la cabeza". Esta onda no sé, es siempre lo mismo. Quizás mejoraría si pusieran una cantante, alguna mina que esté buena.
En un momento invitan al viejo ese canoso que toca la trompeta. Se ve que le gusta hacerse el raro, pero la verdad que es penoso verlo ahí cuando tendría que quedarse en el geriátrico con Ferio. Ahí podrían quedarse y tocar para los demás internados.
Bueno, nada, quiero mandarles un saludo a todos, y aguante Ricky Martin.

Buddy Bolden Piñatero

Cuando Ferio Espinosa nos anunció que contrataban al J.R.T para una fiesta privada, no se nos ocurrió pensar en las consecuencias. La noche anterior (16-07-11) tocaríamos en Orion, y sólo sería cuestión de reiterar el set al día siguiente. No teníamos muchas ganas de hacer la fecha un día sábado, y para peor, en la distante Miramar. De modo que Ferio pasó un presupuesto alto con la intención de que no lo aceptaran. A veces las cosas salen al revés de lo esperado, porque fuimos convocados.
De modo que nos encontramos temprano con el Pichu Andrés Páez, cargamos los instrumentos en el auto chinito. Por suerte Ferio optó por llevar su Baby bass, de modo que pudimos viajar razonablemente cómodos. Cuando logramos ubicar el lugar de la fiesta, empezamos a medir la verdadera dimensión de la situación.
Se trataba de un cumpleaños de un señor mayor, y ya se congregaban sus familiares y amigos. Ahí nos anoticiamos de la dura interna familiar que había precedido nuestra contratación. Algunos miembros de la familia preferían usar los servicios de un disk jockey, mietras otros defendían la opción orquesta, para que los amigos cercanos y coetáneos del homenajeado pudieran bailar. La opción orquestal había triunfado, pero eso significaba que debíamos ser los animadores de la fiesta, que no contaba con otra apoyatura que nuestra actuación, y ¡encima la expectativa es que la gente pudiera bailar!
El Pichu había sido previsor y trajo una carpeta llena de temas de jazz "piñatero" que había recogido durante su participación en las varias bandas de las que había sido echado previamente. Optamos por abandonar totalmente nuestro repertorio, y nos despachamos con todos los Hello Dolly, Mac the Knife, Trébol de tres hojas que pudimos sacar de la carpeta de Andrés, mientras que los asistentes bailaban entusiasmandos. Al final no sólo nos pagaron sino que nos daban las gracias. A la vuelta Ferio y Pichu contaban sus dinares mientras especulaban con ofrecer a la banda en el rubro 59.

Vuelta al pago.

Al regreso de la gira balcánica, me esperaba una tonelada de compromisos de todo tipo, y la música no tuvo mucho lugar en estos últimos dos meses.
Hubo algún cambio para la Big Band del MDPHC , para reemplazar a Laci Trakal mientras lo operaban del gañote. Por suerte ya está restablecido y está soplando como siempre.
Algunas fechas con el JRT en Orion, para el que tocamos para un entusiasta público infantil. Y además una visita al Jam de los martes en Rondó, donde junto a Eduardo Palomo, (pno) Nico Pasetti (dbl bass) y Andrés Dellacasa (drs) celebramos una inusual visita de Juan Ignacio Caino (sx. tnr). Juan Ignacio en gran forma, desplegando un sonido que cada vez más me recuerda a Dexter Gordon, y cada vez más asentado en su nuevo territorio jazzero bopero. Esto fue hace dos o tres semanas, así que renuncio a poner las fechas, y espero organizarme mejor en las futuras entradas.