En efecto, la mayoría de los que asistían al Club Sloveni habían sido criados en una época en que para ser "modernos" había que adquirir gustos provenientes preferentemente de EEUU o de Europa, y despreciar las tradiciones autóctonas. Era paradojal que quienes se reivindicaban nacionalistas sólo quisieran escuchar, o bailar música norteamericana, de por sí pasada de moda. De todos modos, el público habitué que concurrente estaba en franco descenso. Ya fuera por desgaste, por aquellos caprichos de la moda o porque los punteros más viejos se iban muriendo. Ya no sólo no se llenaba el amplio local, sino que algunas noches de invierno apenas se ocupaban unas pocas mesas.
Pero los muchachos de la "Metropol JB" seguían aferrados a sus fechas allí. Ninguno de los integrantes dependía totalmente de sus ingresos como músico, y tocar también les daba una excusa para encontrarse socialmente. Por otro lado, también les impulsaba cierta vocación militante, acaso por suponer que si abandonaban el lugar, se moría el jazz con ellos.
Igualmente, había algunas cosas que a Goran lo fastidiaban. Las mujeres por lo general eran viejas, y algunos de los que se le acercaban a charlar eran francamente pesados. Después de unas felicitaciones formales, los tipos se ponían a contar sus aburridas anécdotas con músicos famosos, o a hablar de su vieja colección de discos. Otros hacían gala de sus conocimientos del género o solían darse chapa citando a gente influyente del gobierno o del partido Nova Srbija (Nueva Serbia), cuya orientación conservadora poco le interesaba. Por lo general, estos sujetos tomaban en demasía y su aliento a alcohol era detestable.
Pero Goran también tenía otra red de amistades. Eran algunos compañeros del Komercijalna Banka que se reunían con frecuencia después del trabajo. Esas tenidas tenían una faz un poco más descontrolada. Los había quienes después de comer, beber, y jugarse unas manos de Tablic, sacaban a relucir sus rasgos transgresivos. El olor a marijuana se volvía denso y otros trazaban ostensiblemente sus líneas de blanca, compitiendo por parecer más osados.
Continuará....
Pero los muchachos de la "Metropol JB" seguían aferrados a sus fechas allí. Ninguno de los integrantes dependía totalmente de sus ingresos como músico, y tocar también les daba una excusa para encontrarse socialmente. Por otro lado, también les impulsaba cierta vocación militante, acaso por suponer que si abandonaban el lugar, se moría el jazz con ellos.
Igualmente, había algunas cosas que a Goran lo fastidiaban. Las mujeres por lo general eran viejas, y algunos de los que se le acercaban a charlar eran francamente pesados. Después de unas felicitaciones formales, los tipos se ponían a contar sus aburridas anécdotas con músicos famosos, o a hablar de su vieja colección de discos. Otros hacían gala de sus conocimientos del género o solían darse chapa citando a gente influyente del gobierno o del partido Nova Srbija (Nueva Serbia), cuya orientación conservadora poco le interesaba. Por lo general, estos sujetos tomaban en demasía y su aliento a alcohol era detestable.
Pero Goran también tenía otra red de amistades. Eran algunos compañeros del Komercijalna Banka que se reunían con frecuencia después del trabajo. Esas tenidas tenían una faz un poco más descontrolada. Los había quienes después de comer, beber, y jugarse unas manos de Tablic, sacaban a relucir sus rasgos transgresivos. El olor a marijuana se volvía denso y otros trazaban ostensiblemente sus líneas de blanca, compitiendo por parecer más osados.
Continuará....
2 comentarios:
Club Sloveni u Orion ?
Coinciden muchos datos . . .!
Evidentemente,el autor se refiere a un lugar en una ciudad mediocre que bien podia ser Saint Clare Du Mer,donde sus habitantes solo gozan contemplando como los zopilotes hacen el amor el 15 de Febrero a las 23.30 pm.Y algun musico solitario en la orilla del puente,escupe sus notas en el miserable hilo de aguas contaminadas..Muy triste.Firma: Garmendia ( el bueno)
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