Llegó el momento de empezar a trenzar los hilos que fuimos bosquejando en las entradas anteriores. Empezamos viendo la amplitud a la que se aludía en el título. De ahí podríamos extraer que por Lenguaje, entenderíamos aquello que se entiende por lenguaje musical, en tanto el andamiaje teórico que estudia las reglas de combinación de las notas, y las normas de su organización en "discursos" musicales. Luego sugerimos que la forma discursiva constituía un cierto código. En cuanto a Improvisación, nos parecería razonable mantenerse dentro del campo del jazz, toda vez que la improvisación suele ser considerada una de sus marcas principales.
Luego avanzamos sobre el aspecto fonológico de nuestro "lenguaje", vinculándolo con todo lo relacionado con la voz, y en particular con el sonido. De ahí concluimos que estábamos en el ámbito de lo pulsional, y por ende en el registro de lo Real.
El próximo paso consistió en hacer un análisis del elemento último y fundamental de la música, la nota. Observamos en una primera mirada que la nota tiene más parentesco con el signo que con el significante, pero también compartía algunas características de esta última. Principalmente que su "significación" dependía enteramente de su articulación con otras notas. La nota aislada no "dice" nada. El encadenamiento de las notas responde a ciertas reglas de agrupamiento, y a normas que regulan su forma de organización. De ahí que pensamos que estaríamos bajo el dominio del registro Simbólico.
Luego discutimos el gesto musical y sus formas, como modos en que adquieren consistencia en el género que se ha dado en llamar "jazz", y en sus diferentes estilos según el período de su desarrollo. En este apartado dijimos que estaríamos habitando el registro de lo Imaginario.
A esta altura debo admitir que estoy forzando mi análisis para que quepa dentro de la teoría de los tres registros de Lacan. Rápidamente debo reconocer que este enfoque no tiene ninguna vigencia para ser aplicada a la música en abstracto, sino que tendría que ver con aquel sujeto que toca música, o sea el ejecutante.
Los tres registros Lacanianos tienen la característica fundamental de estar entrelazadas en forma de un nudo borromeo. Eso implica que no puede faltar ninguno de ellos. Si uno de los registros se desvincula, se desprenden los otros dos, de modo que nada queda de la estructura.. Esto equivale a decir que si el improvisador carece de sonido, desaparece su música. Del mismo modo, si no articula notas, estará tocando en vano. Al mismo tiempo, si no toca dentro de un determinado gesto o forma, su sonido y sus notas se pierden en un vacío que abandona todo lazo con el oyente.
Dejo anotados estos párrafos a modo de borrador. Son conclusiones apresuradas y esquemáticas. Tendré que volver en algún momento para ver si se rescata algo de todo esto.
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