El luthier Miguel Valensisi me envió hace poco mi vieja corneta del Salvation Army, completamente recuperada, particularmente en lo estético. Al tocarlo lo recuerdo totalmente como sonaba... totalmente pinchada, algo ahogada, pero a mí me encantaba porque sonaba como aquellos viejos discos de pasta que grabaron los primeras bandas de jazz entre 1920 y 1925. Hoy prácticamente perdí la habilidad de tocarla, estoy demasiado acostumbrado a tocar instrumentos en condiciones normales. Para que pudiera sonar como un instrumento semi-nuevo habría que hacer todo un trabajo de rectificación de la máquina, que sería muy costoso, aparte de que pienso que lo quiero conservar así, para recordar la locura que tenía a los 16 años.
Sigo pensando que es un artefacto de belleza sublime. Pueden ver mi entrada del 20 /8/20 donde cuento algo de su historia.
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