sábado, octubre 20, 2007

La maratón del 12 de Octubre.

Mis últimos tiempos, parecen marcados por la necesidad de hacer muchas cosas en poco tiempo. Pareciera que estoy caminando peligrosamente por el borde del exceso, tratando de conciliar mis obligaciones profesionales mientras corro atrás de otros berretines. La música sigue siendo una dulce carga que me exige con la crueldad de una amante celosa.
El viernes 12 fue un caso especial de supervivencia. Al mediodía pasé a buscar a Nahuel Daalgard, que cargó su computadora y una bandeja mezcladora en mi auto. Luego levantamos a Julián Maliandi, con su equipo y su guitarra, y nos dirigimos a la casa de Martin DeLassaletta, que todavía dormía luego de llegar hacía pocas horas antes de Buenos Aires. Luego de lograr despertarlo a Martín, empezamos una larga sesión de grabación que ocupó practicamente toda la tarde.
Nos esperaba la noche del estreno de la Big Band del Jazz Club de MdP, donde Julián también interviene, pero esta vez como trompetista. La confitería Orión estaba muy poblada cuando arrancamos la velada con el Jelly Roll Trio. Por supuesto que gasté todos mis cartuchos ahí, donde tengo que sostener un papel tan expuesto como monótono. De modo que cuando Leo Caldera, el arreglador y director de la Big Band nos arrió a todos en el escenario, yo estaba cerca del desmayo. Por suerte que en esa sección de bronces, cuento con la habilidad de lectura de Julián, y la fuerza y el volúmen de Laci Trakal. Así que fuí zafando hasta la culminación del set, que resultó una excelente debut para coronar los esfuerzos del Leo.

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