martes, agosto 06, 2024

Ornette Coleman y lo contemporáneo.

 Hace unos días, Lucho Monte, el baterista de lOs cArLiTos, (y de varios grupos más), sugirió que hagamos un tema llamado T & T de Ornette Coleman.  Se trata de una larga exposición del baterísta, que se pasea por ritmos que básicamente suenan africanos y de a ratos orientales. Ornette y Don Chery lo interrumpen un par de veces al comienzo y al final con una interjección melódica, muy corta, pero extraña al oído. Me pasé varios día intentando transcribirlo pero chocando con un muro de imposibilidad, que atribuí a mi mala formación en lenguaje musical. Pero Valentin me contó que Günther Schuller tabién lo intentó y fracasó. Es cierto, una vez hicimos una versión de "Una muy bonita" de Coleman, en la que intenté basarme en la transcripción de Schüller, pero que no me convenció. Parece que dijo que la música de Ornette se resiste a ser "occidentalizada"

Me parece que eso es muy cierto, pero también pienso que Ornette tampoco puede ser considerado ajeno a la tradición occidental, y del jazz en particular. De hecho muchos de sus temas reflejan los blues y tienen giros jazzeros clásicos. Por otro lado, es alguien que toca muy diferente de Charlie Parker. No se le nota para nada esa influencia, cosa que si sucede con casi todos los demás, aún me animo a decir, a John Coltrane.

Mi teoría es que Coleman fue, o es, un músico verdaderamente contemporáneo. ¿Pero, qué es ser contemporáneo?. Esa pregunta se la formula Giorgio Agamben, en un precioso artículo del 2008 llamado ¿Qué es lo contemporáneo?  

 https://ia801405.us.archive.org/29/items/agamben-que-es-lo-contemporaneo/agamben-que-es-lo-contemporaneo.pdf

Como todo texto de Agamben, no basta una sola lectura superficial como la mía para agotar su contenido, pero creo que puedo extraer algunas notas que aporta a mi cuestión con Ornette.  Contemporáneo es el que se puede ubicar como a trasmano de su tiempo. Se me ocurre la figura de alguien se desmarca y toma una posición oblicua, no en línea con la tendencia de su tiempo. Desde ese ángulo novedoso, puedo "ver" la oscuridad de su época. También puede intuir su luz, pero esa luz todavía no le llega, es como la de la luz de las galaxias que retroceden. El mediocre se cree inundado de una luz epocal. Está convencido de sus ideales de época. Yo creo que eso se aplica a los que son verdaderamente innovadores en el arte, y en particular, en la música. Pero hay otra nota que se vincula con esa noción tan resbaladiza como la del tiempo. Agamben señala que el contemporáneo sigue en contacto con lo arcaico. En nuestros términos jazzeros, sería la "tradición", en el momento inaugural.  Lo arcaico reúne dos términos griegos. Primero el kairos. Se trata de una noción no lineal, no cronológica del tiempo, que apunto a la trascendencia del momento. Es lo que Heidegger llamaría el ex-stasis del tiempo, de modo que no se ajusta a la estética trascendental de Kant. (perdón por la nerdeada). A ver, más simple. Sería esa experiencia del tiempo que no termina nunca, en la que uno se deja llevar perdiendo conciencia del reloj.  La otra dimensión de lo arcaico, siguiendo una búsqueda etimológica, es el arjé que apunta al principio, al momento originario, a un big-bang de la idea, de un movimiento.  

En fin, así son contemporáneos, Sócrates, Galileo, Freud, y qué sé yo, James Joyce, y...Ornette Coleman.

Se me acaba el tiempo de sacar esa frase de T & T

 

jueves, julio 18, 2024

Return to Carlitos

 Return to Carlitos fue grabado en septiembre de 2023. (Yo creía que fue en 2022). Lo que recuerdo es que me apresuré a hacerlo porque pronto Lucho Monte se debía embarcar en un crucero. Yo recìén salía de una infección Covid y tenía un problema de dientes movedizos que debí solucionar con una larga intervención odontológica. Sin embargo me pareció necesario documentar nuestro repertorio del momento, que consistía en un retorno a la fórmula que habíamos adoptado desde nuestros ini ios . Me refiero a la utilización de esquemas melódicos muy sencillos, que servían de disparadores de secciones más extensos de improvisación. Grabamos del mismo modo en que tocábamos nuestros sets en vivo. Enganchábamos tres temas sin solución de continuidad, hacíamos un intermedio, para luego enhebrar otros tres. Así, se grabó el disco muy rápidamente, práctcamente sin interrupciones, y en primera toma. Como terminamos temprano, fuimos a comernos unas milanesas gigantes en el Manolo de la costa. El disco salió recién este mes de Junio, y la verdad es que no me parecía que no merecía mucha atención. Supongo que pormotivos más vale egoístas, ya que sentía que mi performance había sido pobre. Pero para mi sorpresa, la plataforma Bandcamp lo seleccionó como uno de los mejores lanzamientos del mes!

De modo que así como no hay que tomar muy en serio lo que dicen los críticos, tampoco hay que darle importancia a las opiniones propias.

https://daily.bandcamp.com/best-jazz/the-best-jazz-on-bandcamp-july-2024

martes, julio 16, 2024

lOs cArLiToS en CABA

 16-07- 2024 - lOs cArLiToS  recargados en Prez. Garvies x 2, Federico Viceconte tnr sx, Barto Camus, str bass, Lucho Monte dr, Julián Maliandi gtr.

 Tengo pendiente de lectura completa de la novela de Estanislao del Campo sobre el Fausto Criollo. Por lo que recuerdo de la secundaria, un paisano apea su caballo en el Teatro Colón y asiste a una representación de la ópera Fausto.  Obviamente el pobre gaucho se encuentra perdido en los códigos del sofisticado y culto entretenimiento citadino.

Del mismo modo,  lOs cArLiTos marcharon desde nuestro pueblo, Mar del Plata, a tocar en CABA, en el lugar que se ha convertido en el local más encumbrado del jazz progresivo porteño, el Club Prez.  Para esta ocasión, reclutamos dos refuerzos para hacer frente al compromiso. Sumamos a Julián Maliandi y a Valentín Garvie, que sin duda le dieron octanaje extra al repertorio. Tuvimos un primer set con buen número de público. Entre ellos estaba el Bocha Savastano, que es un leal seguidor cuando vacaciona en mdq. Además había gente de Ranelagh, mi pueblito natal. Se trata de un rincón del sur de conurbano, que alguna vez fue enclave de familias inglesas. Para ellos y para Bocha, tributé un himno anglicano que sirve de cortina de los programas de radio, y que era repertorio de lo que se cantaba en la escuelita dominical, de donde salí un redomado ateo. 

Nuestra experiencia porteña no estuvo tan plagada de malentendidos como las del paisano que fue a escuchar ópera, pero alguna chambonada teníamos que hacer. Momentos antes del ingreso del público, descubrimos que una cuerda del contrabajo de Barto Camus estaba roto, ¡y en dos lugares! - Moraleja: siempre llevar cuerdas de repuesto se se sale de gira. Nos salvó la pericia de Fede Viceconte que logró hacer unos nudos mágicos que permitieron que se pudiera utilizar la cuerda más utilizado del contra, el del Re. 

El segundo set no estuvo tan concurrido, pero lo usamos para distendernos y tocar algunos solos extra. Los pibes sienten que musicalmente el primer set estuvo mucho mejor, pero yo creo que tienen esa sensación porque se trató de un público muy involucrado que nos aplaudían generosamente. Contamos esta vez con la presencia de Martin Carrizo. Pero como recién regresaba del Vision Festival,de Nueva York,  a lo mejor nuestros humildes Carlitos le parecieron poca cosa. Así son estos porteños.

Luego fuimos a amontonarnos en el piso del pequeño departamento de Valentin, y a la madrugada emprendimos el regreso a nuestro rancherío.



martes, junio 18, 2024

Componer será como cocinar?

 No hace mucho, asistí a una jornada organizada por Osvaldo Picardo y Rafael Oteriño. La consigna de la reunión era tratar de situar el acto creativo, a partir de una comparación con la gastronomía.  Se comparaba la cocina con la escritura, y la música. A tal fin integraban el panel un escritor (Carlos Aletto) y un músico (Nicolás Pasetti). Ellos debían dar cuenta de lo que los motivaba, en un caso, a escribir, y en el otro a componer. La hipótesis implícita era que había algo en común de estas empresas con el de cocinar. Sin embargo, no participaba ningún cocinero, lamentablemente.

Mientras escuchaba a los expositores pensaba que era casi una crueldad pedirles que dieran cuenta de aquello que los llevaba a crear. Tratar de aislar la clave de la creatividad pareciera tan difícil como descubrir el flogisto. Pero mientras los escuchaba no podía dejar de hacer intentos propios de responder a la pregunta “porqué y cómo se crea”, en la medida en que, en una minúscula medida, he intentado producir algo con pretensiones artísticas.

Lo que sigue intenta reproducir algunos de mis devaneos, que obviamente me distraían de lo que se estaba diciendo desde el panel. Es que algunas de sus frases, o de los comentarios de los organizadores, me disparaban un hilo de divagación.

Se escucharon las habituales referencias a la necesidad de expresarse, al ejercicio de una libertad. a los referentes que avalan, lugares comunes de una concepción romántica del quehacer artístico. Entre otras cosas, escuché que en el acto creativo poco tenía que ver la búsqueda de reconocimiento o de fama personal.

Pero tengo mis dudas sobre eso. Puedo fingir humildad, pero también confieso que no me es indiferente que a alguien le interese lo que hago. Y si tengo que confesarme, debo admitir que me preocupa aún más lo que piensan mis colegas músicos sobre lo que hago.

Uno de los presentadores preguntó sobre la implicación del lenguaje en la experiencia de los panelistas. Eso fue rápidamente tomado como un eje, obvio en el caso de la poesía. No quedaba tan claro el caso de la música, sí se considera a la música como algo extralingüístico. Pero con pensarlo un poquito se ve que, más allá de que haya un lenguaje musical específico, lo lingüístico se entrelaza en la composición, se trate de obras que tengan letra o no. La combinación de las notas sigue una lógica que pertenece a un orden simbólico, por el otro lado, aún en los intentos más vanguardistas de rompimiento con la forma, la referencias al tesoro de lo previo son inevitables.

De ahí salen las mezclas que constituyen lo nuevo Esto podría emparentarse si se quiere, con la cocina de autor. Donde también nace esa extraña compulsión no sólo a hacerlo, sino a mostrarlo, a querer difundirlo.

¿De dónde sacará su fuerza esa obcecación? En el caso de la comida se puede adivinar un motivo primrio poderoso: el hambre. O el apetito si no se quiere ser tan crudo. Eso que hace que al menos tres veces, o cuatro al día queramos volver a comer. Algo que nos pide el cuerpo.

Los creativos también hablan de una necesidad casi visceral de hacer lo suyo. Como que no se podrían no hacerlo. Y aquí se podría cuestionar la función del lenguaje si no fuera que hasta nuestra conducta alimenticia está guiada por ella. Y desde los inicios, de cuando nuestras madres nos propusieron comer. Pronto el mero reflejo se vio condicionado y moldeado por las palabras.

Pero hay un punto donde las palabras son insuficientes, o donde falta la palabra. Hay aquello que nos vincula a lo que ya no tiene nombre, aunque haya sido derivado de los nombres.

Algo que subyace a la producción, aun cuando no se lo puede identificar. El escritor avanza guiado por algo que no sabe bien que es. El músico teje su paño sin saber que prenda es la que va a terminar armando. ¿Y el pintor? Puede ser que encare la tela con una idea de lo que quiere representar, ya sea un modelo o un paisaje. Pero sospecho que también se desvía en la serendipia de lo que surge mientras avanza, que pareciera ser conducido por algo que lo guía. En el resultado a veces puede encontrarse con algo inesperado y desconcertante. Estuve leyendo una cita de Sonny Rollins, donde hablaba de lo que le pasaba cuando improvisaba. Decía algo así como que cuando lo hacía, abandonaba su ser de tal modo que no necesitaba pensar en lo que estaba haciendo. Decía que actuaba de acuerdo a su inconsciente (aunque usaba la palabra “sub-conscious”.  (Sonny es saxofonista, no un teórico del psicoanálisis)

Ahora si doy un paso más en mi especulación, podría suponer que eso que está en la raíz misma del empuje/tironeo del deseo de hacer obra, se independiza del artista, y se ubica en una posición tal que actúa como causa. De modo que desde ahí motiva, impulsa y genera algo que no viene autorizado desde ningún lugar pre-establecido. A lo que se puede sumar estar en un ambiente que no favorece ni facilita una acción creativa.

Es lo que nos que nos sucede en estos tiempos. Hay mucho olor a mierda en Dinamarca. Y el tiempo está descoyuntado. Todo está dado vuelta de modo tal que no sabemos bien donde estamos parados ni que irá a suceder. Sin embargo, la gente sigue inventando cosas. Sigue habiendo gente que trabaja en los comedores, y en el terreno de la cultura, no se detiene la producción. Quizás, al contrario. Se dice que la creatividad florece en los períodos de catástrofe.

O quizás se podría pensar que es la respuesta posible que resguarda al que tiene que atravesar la tormenta. Mientras lo rodea el desastre, se produce una zona que no tiene vigencia el tiempo ni la muerte.

 

 

martes, mayo 21, 2024

Rápida Actualización

 Visito el blog brevemente para hacer una actualización, ya que veo que ha estado inactivo desde Enero. Mientras tanto van sucediendo las situaciones, que van ganando movimiento a medida que salimos del sopor del verano. Sucedió un nuevo Jazz en Abril (12 y 13 de Abril 1924) organizado por Sole Curien, Pablo Espinosa y Aldo Roldan. Si es que se lee en el futuro esta entrada, se tendrá que tener en cuenta que la Argentina está dada vuelta por la política económica del gobierno de J.Milei. Al contrario de las exultantes declaraciones oficiales, la inflación pegó un salto tremendo, los costos están descontrolados, los ingresos licuados y las expresiones culturales están, sin excepción, jaqueadas por un concepto economicista que las considera un costo superfluo. De modo que armar el festival es un acto de testarudez notable. Por supuesto se tuvo que realizar de un modo muy austero, contando casi totalmente con bandas locales, con la excepción de la Dixie Banda de La Plata, que considera que concurrir al festival es casi una cuestión moralmente ineludible. Como gran sorpresa y premio inesperado, también se contó con la presencia de Juanjo Hermida, que combinó una visita familiar con una participación en lo que siente como parte de su historia, ya que él empezó su carrera profesional a los 13 años como pianista estable en la Confitería Orion,  con un permiso judicial que le tramitó Oscar García Rabini, que por entonces promovía el Jazz Club de Mar del Plata.  Este festival y esa confitería  también formaron parte de mi historia, dado que era el único lugar donde tocar cuando regresé en1985 de Londres, y a pesar de mi incompatibilidad ideológica con la mayoría de los integrantes del Jazz Club, fui de los que tocaban bajo sus auspicios. De modo que este año también me anoté, esta vez con la Hot Tamale Band, con la que mantenemos prendida la llama del viejo jazz tradicional con la que me inicié. 

Mientras tanto, también hubo tocadas con lOs cArLiToS,  tanto en el Club Tri como en Ecem. A propósito de Ecem, debo decir que pese a las contrariedades sigue funcionando. La concurrencia a las tocadas está muy reducida, a la vez que cobramos entradas cada vez más exiguas. También hemos sufrido inundaciones y problemas edilicios. Pero eso debería ser tema de otro post.



domingo, enero 14, 2024

Woody Allen, el jazz y el imperialismo

 Acabo de ver una película de Woody Allen llamado "Cafe Society" que es del 2016. Como en casi todas sus películas la banda de sonido consiste en una colección de grabaciones de jazz, algunas clásicas, y otras que bordean el campo de lo que era la música popular de los 40/50. Muchos de los temas son standards a los que apelamos aún hoy en las jam sessions. Escucharlos en esas grabaciones datadas causan el efecto buscado, que es retrotraer al espectador a los años "dorados" de Hollywood, cuya pátina brillosa ocultaba el turbio mundo del negocio del espectáculo, plagado de corrupción, decepción y sufrimiento. Pero la mirada ácida de Woody abarca al mismo tiempo casi todos los aspectos del "sueño americano". La trama enhebra una historia romántica que aunque cautivante, es sólo una excusa para desenmascarar tantas ilusiones que ingenuamente habitan en la sociedad norteamericana. El mundo de los negocios, de la política movida por los  lobbies, y los intereses espurios de sus protagonistas. De la trastienda donde se mueve el mundo criminal. El trasfondo de la cultura judía en la que Allen se crio tampoco se salva de su visión crítica, aunque no deja de tener una nostalgia casi benévola sobre sus contradicciones, y su naturaleza fundamentalmente humana. 

Pero lo que me vuelve a lastimar es cómo la cultura norte-americana me atraviesa desde el momento que toco jazz, sin advertir el  su monto de alienación que eso implica. Como comenté en el posteo anterior, disimulaba ese extravío adhiriendo a la vertiente negra y casi folklórica del jazz original y de los músicos negros rupturistas que siguieron después, y de los que aún hoy practican un arte que cuestiona las normas estéticas que rigen los gustos comerciales. 

Por eso, cuando el jueves pasado luego de una jam en el Club Tri se subió Patricio Quinteros a cantar una zamba de Atahualpa Yupanqui, sentí algo refrescante y aliviador. Igualmente, cuando al cerrar la jam de los viernes en ECEM , Marina Àbalos se sentó al piano y nos tocó unas hermosas chacareras, pensé que debíamos sentirnos más orgullosos de nuestra música y tradición Argentina. Son tiempos en que lo tendremos que defender con fuerza, porque las fuerzas del imperialismo cultural nos acechan. 

jueves, noviembre 30, 2023

Piñateras versus la Verdad.

 Me preguntan por el significado de la palabra "piñatera".  Aventuro esta definición:

PIÑATERA: Término despectivo para designar una agrupación de jazz tradicional convocada "ad hoc"  para tocar en algún evento, básicamente por interés comercial, y poca consideración por el estilo, repertorio,  o compatibilidad de sus integrantes.

Se podría agregar que la palabra evoca la idea de piñata, en el sentido de sus contenidos diversos, y puñatera, término del léxico vulgar, cuyo significado me eximo de explicar.

Se podría agregar que tiene una similcadencia con la palabra "pochoclera". Sería una asociación bastante acertada, ya que su música sería fácilmente asimilable, basada en lugares comunes, de modo que "a la gente le guste"

El desprecio por las piñateras tiene, sin duda, una veta elitista y dogmática. En un posteo anterior, hablé del tema cuando redacté una suerte de obituario por el fallecimiento de Carlos Balmaceda, un músico prócer del jazz argentino. Èl sufrió los prejuicios de los supuestos expertos del jazz, por el hecho de haberse ganado la vida armando piñateras. Por otra parte, por sus piñateras pasaron casi todos los músicos de la época. ávidos por ganarse un mango.

 https://vivabuddybolden.blogspot.com/search?q=Carlos+Balmaceda+RIP

Debo dar cuenta de mis propios prejuicios. Ocurre que mi acercamiento como adolescente al jazz estuvo fuertemente marcado por una ideología que por otra parte era predominante en la época. A grandes rasgos, la narrativa era que el jazz original estaba marcado por la lucha por la libertad de los esclavos de las plantaciones del sur de EEUU- Los pobladores de Luisiana, en particular de New Orleans,  eran descendientes de africanos que habían sido transportados en condiciones lamentables en los barcos esclavistas. Así como habían sido explotados por sus amos coloniales blancos, su música también fue apropiada por los blancos, que convirtieron sus composiciones, sus spirituals, sus cantos de trabajo, sus blues, en productos de consumo masivo, degradando sus puros rasgos folklóricos en mera mercancía. 

Por cierto que hay un núcleo de verdad en esta caracterización, pero quizás me dejé influenciar por una versión un tanto simple de lo que en realidad fue un complejo proceso de aculturación. 

De ahí que la búsqueda consistía en lograr la pureza estilística. Era una empresa casi imposible, pero lo que más importaba, muy por encima de las consideración técnicas, era lograr una estética lo más parecida posible a la de los primeros músicos del género. Hubo quien lo logró casi perfectamente. Fue el cornetista Norberto "Gandi" Gandini, (hermano del célebre compositor académico Gerardo Gandini)- Los demás sólo podíamos tratar de aproximarnos a su logro, por lo que se vivía en un permanente estado de pecado. 

A pesar de que pude estar extraviado en mi ideal fundamentalista, todavía me queda admiración por el modelo negro del jazz temprano, y supongo que siempre estaré rindiendo tributo a esa tradición.