En su momento varias personas se dispusieron a colaborar con Ecem haciendo contribuciones voluntarias para el sostenimiento de nuestro espacio. Nos propusimos redactar una nota para que actualicen sus cuotas. Lo que redacté a propósito es demasiado largo, pero es un primer bosquejo, y además lo publico aquí por si alguno quiere sumarse a esta legión de colaboradores.
Queridos colaboradores del ECEM
Nos comunicamos con ustedes, a sabiendas de que quizás hayamos sido negligentes en corresponder a su silenciosa pero persistente ayuda con una mejor comunicación. Les contamos las novedades de nuestro colectivo, sin que sea una excusa, pero para que conozcan lo sucedido desde que debimos suspender nuestras actividades.
Quizás ya todos sepan que a fines del 2024 debimos dejar la sede que ocupábamos en La Rioja 2065, conocida por los memoriosos como el lugar que había construido en los ´70 por la Alianza Francesa en Mar del Plata. Cuando decidimos alquilar ese local, hicimos una apuesta muy fuerte por ocupar un lugar mucho más grande que nuestra casa anterior en la calle Moreno 2922. Durante los tres años que duró nuestro contrato, logramos expandir nuestras actividades, poblar la sala de conciertos de propuestas creativas, dar lugar a la enseñanza musical en sus aulas, seguir reuniéndonos semanalmente para planificar y llevar adelante no solo el lugar sino aquellos épicos festivales de Jazz que habían sido nuestra marca desde la creación de la ONG Improvisación Colectiva en Mar del Plata (ICM).
El inmueble también tenía sus problemas. Soportamos innumerables inundaciones, una persistente humedad en el sótano que habíamos destinado a ser nuestro "club de jazz", y sobre todo, las protestas de vecinos adyacentes a nuestro SUM, que tomaban la forma de violentos golpes a la pared en momento que se desarrollaban recitales, en particular los de solo piano o de delicados conciertos de cámara.
Sentimos una mezcla de desolación y alivio cuando se nos comunicó sobre el final del año que la propiedad había sido vendida, y que debíamos desalojarla. La nutrida tarea de muchos años significó la acumulación de muchos instrumentos, cuadros, equipos, pianos, y demás objetos vinculados a la actividad musical. Los nuevos dueños del lugar, supuestamente comprometidos en la continuación de una tarea artística y cultural, fueron impiadosos a la hora de permitirnos hacer una retirada ordenada. De modo que durante aquellos días de las fiestas de Navidad y Fin de Año tuvimos que trabajar arduamente para hacer una rápida y muy complicada mudanza. Tuvimos la suerte de que un generoso músico allegado, nos ofreciera su casa para depositar transitoriamente nuestros trastos.
Mientras transitamos los meses de verano, La Librería Universitaria y el Espacio Intermitente facilitaron sus lugares para que pudiéramos seguir tocando.
Simultáneamente llevamos adelante una intensa y frustrante búsqueda de un lugar nuevo. Visitamos innumerables lugares en alquiler. Por algún motivo u otro, ninguno se adecuaba a nuestras necesidades. Sobre todo, fue difícil encontrar un lugar en el ejido urbano que no tuviera vecinos que no se vieran afectados por nuestras actividades.
Finalmente, logramos encontrar un local al que, accediendo por escaleras, posee una amplia recepción, que da a un pasillo que conecta 6 aulas y dos baños completos. El conjunto está rodeado por dos pasillos contiguos techados, de modo que constituye una suerte de caja acústica. De ambos lados los edificios lindantes son oficinas, y el piso inferior es un local comercial, de modo que no deberíamos tener problemas de contaminación acústica. Uno de los pasillos mencionados conduce hacia un salón que no es tan espacioso como la sala de conciertos anterior, pero suficientemente grande como para albergar nuestro público. (raramente excede el número de 50 personas.) Aislamos con una gran biblioteca, libros y paneles de materiales acústicos, a la única pared medianera de un edificio de departamentos lindante.
Hace dos meses que accedimos a esta nueva propiedad. Debimos abonar una abultada suma en concepto de anticipos y comisiones, y el monto mensual de alquiler es mucho mayor a lo que estábamos pagando antes. Nuestro primer objetivo ha sido habilitar las aulas y poner en movimiento la parte educativa, para ir aliviando la suma debemos afrontar mensualmente. Pudimos finalmente trasladar y subir tres de nuestros pianos verticales, pero todavía tenemos que hacer fuertes inversiones para encarar la habilitación, la normalización de nuestro ONG, y terminar de acondicionar nuestro SUM.
Sus contribuciones fueron, y son, cruciales para llevar adelante esta gesta. Les pedimos a los que puedan y quieran, que actualicen sus cuotas mensuales. Les recordamos las opciones que propusimos en 2022 Fue que hicieran aportes deducibles de ganancias de 500, 2000, o 5000 pesos.
Hoy proponemos una escala de 1000, 5000, o 10,000.
Les mandamos a todos un cálido saludo, y esperamos contar con sus presencias el día en que finalmente podamos inaugurar plenamente el espacio, ¡con un múltiple concierto celebratorio!
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