lunes, octubre 17, 2011

Y siguen las jams......

Acabo de leer en el Página 12 de hoy un artículo una entrevista a Alberto Favero, a propósito de la re-edición de su disco "Suite Trane", concebido y grabado entre 1968 y 1970.
Dice Favero a propósito de unos bonus tracks que agregó al álbum:

“Los agregué porque refieren bien sobre ese momento que vivíamos los jóvenes músicos de jazz en La Plata. Había jams que duraban seis, siete, diez horas, algo que hoy no está pasando, ¿no? No hay lugares donde compartir ideas o desarrollar grupos distintos. En ese contexto ocurrió la Suite... no es fácil explicarlo”, confiesa.

Pero se ve que como en el caso del clima, hay fenómenos locales que no coinciden con el panorama general. Las jams marplatenses de los muchachos del ICM en este pueblo no sólo continúan con el increíble ritmo de dos veces (martes y jueves) por semana, sino que pareciera que cada vez convoca más público...eso sí, gente joven, de 30 para abajo.
Me estoy poniendo viejo y no entiendo ciertas cosas....¿cómo hacen? ¿Donde están los planteos que hundieron tantas otras experiencias en el pasado? A ver, recuerdo algunas:
¿Se va a cobrar algo? (como la respuesta es "nada", empiezan las puteadas contra el bolichero.)
¿Quién pone la batería?
(ídem para el teclado, y el equipo de bajo o guitarra)
¿Con quién se toca? (si no son del agrado de quien pregunta, probablemente el comentario siguiente sea. "¡Ah no, con ése no!....")
¿Qué se va a tocar? (Cuando no habría objeciones de estilo, los habría con determinado repertorio)
En fin, habría muchas otras, pero se nota que de alguna manera estos muchachos van sorteando las dificultades típicas. Hace poco superaron las 100 sesiones, y todo parece apuntar a que la consa continúe.
A mí me llevó algo más de 65 años para que me sucediera que me llamaran casi sobre la hora, juntarme con los otros, elegir sobre el pucho los temas a tocar, y mandarse sin ensayo con temas,(a veces no tan sencillos) y encima pasarla bien. Es que pareciera que se han creado algunas condiciones que antes no existían: una masa crítica de músicos que entienden los códigos básicos del lenguaje, y que además poseen la solvencia técnica como para encarar el genero. Ojalá dure.

1 comentario:

Juan Caino dijo...

Yo tampoco entiendo, pero veo que las generaciones de jovenes tienen mucho menos de eso "cuanto se cobra con quien se toca por que la rubia de la barra no me da pelota si soy un genio de la guitarra" y cosas asi. Los músicos "viejos" (yo me considero formado dentro de esa generación) somos más mañosos y vuelteros.