Mejor dicho....¿quién es para mí Tom Harrell? Pues bien, luego de pensarlo mucho se me ocurre que es un otro inquietante. Porque sé que jamás podré tocar ni componer como lo hace, pese a que me encantaría poder ser él.
Como trompetista frasea con una nitidez que pareciera que cada solo estuviera ensayado previamente. Su sonido es estable y caluroso, independientemente de que tome su flugelhorn o el duro Bb. Prescinde totalmente de todo efectismo, y si acaso tuviera limitaciones para tocar en el registro agudo, su musicalidad nunca lo obliga a ir más allá del registro natural de su instrumento.
Como compositor posee la sofisticación armónica de un Wayne Shorter, pero su sus temas tienen siempre una claridad melódica que lo aleja de todo rebuscamiento. Aún cuando recurre a estructuras simples, imprime un giro inusual a las formas que hacen trabajar al solista si no quiere quedar fuera de juego. En resumen, posee un lenguaje claro e inteligente, y de rigurosa lógica.
Es muy difícil evitar una mención a su enfermedad mental. Los entrevistadores que buscan entrar por ese lado sólo logran que se ofusque y se cierre. Escuché sin embargo a una presentadora que supo hablar exclusivamente de su música, y fue notable el modo en que progresivamente se volvía más elocuente, y revelaba su interesante personalidad. En un momento se tocó un tema que imprevistamente despertó su angustia. Se alejó del micrófono, y debió tomar la posta su compañero el excelente saxofonista Wayne Escoffrey. Al rato pudo volver y seguir la conversación.
Es que se dice de él aquello con lo que me identifico. "Sólo es totalmente normal cuando toca" Por cierto es notable como se transforma el momento que lleva la trompeta a sus labios. Todo cambia, su postura, su expresión. Es como de pronto se sintiera en paz con el mundo.
Y me pregunto, ¿no es lo que nos sucede un poco a todos los que tenemos la suerte de poder tocar un instrumento?. Claro que nunca dejamos de sufrir por que quisiéramos tocar mejor, estar más a la altura de lo que se nos demanda. Pero hay varias cosas que salen de escena: las deudas, las ofensas, el trabajo, las peleas con la pareja, ¡hasta los dolores corporales!
En un arranque de osadía, se me ocurrió escribirle una nota, contándole de nuestro interés en su obra. Al poco tiempo recibí esta respuesta: "Thank you very much for your heartfelt message"
Heartfelt. O sea, sentido con el corazón. Así es Tom...gracias por tu tierna sensibilidad.
Como trompetista frasea con una nitidez que pareciera que cada solo estuviera ensayado previamente. Su sonido es estable y caluroso, independientemente de que tome su flugelhorn o el duro Bb. Prescinde totalmente de todo efectismo, y si acaso tuviera limitaciones para tocar en el registro agudo, su musicalidad nunca lo obliga a ir más allá del registro natural de su instrumento.
Como compositor posee la sofisticación armónica de un Wayne Shorter, pero su sus temas tienen siempre una claridad melódica que lo aleja de todo rebuscamiento. Aún cuando recurre a estructuras simples, imprime un giro inusual a las formas que hacen trabajar al solista si no quiere quedar fuera de juego. En resumen, posee un lenguaje claro e inteligente, y de rigurosa lógica.
Es muy difícil evitar una mención a su enfermedad mental. Los entrevistadores que buscan entrar por ese lado sólo logran que se ofusque y se cierre. Escuché sin embargo a una presentadora que supo hablar exclusivamente de su música, y fue notable el modo en que progresivamente se volvía más elocuente, y revelaba su interesante personalidad. En un momento se tocó un tema que imprevistamente despertó su angustia. Se alejó del micrófono, y debió tomar la posta su compañero el excelente saxofonista Wayne Escoffrey. Al rato pudo volver y seguir la conversación.
Es que se dice de él aquello con lo que me identifico. "Sólo es totalmente normal cuando toca" Por cierto es notable como se transforma el momento que lleva la trompeta a sus labios. Todo cambia, su postura, su expresión. Es como de pronto se sintiera en paz con el mundo.
Y me pregunto, ¿no es lo que nos sucede un poco a todos los que tenemos la suerte de poder tocar un instrumento?. Claro que nunca dejamos de sufrir por que quisiéramos tocar mejor, estar más a la altura de lo que se nos demanda. Pero hay varias cosas que salen de escena: las deudas, las ofensas, el trabajo, las peleas con la pareja, ¡hasta los dolores corporales!
En un arranque de osadía, se me ocurrió escribirle una nota, contándole de nuestro interés en su obra. Al poco tiempo recibí esta respuesta: "Thank you very much for your heartfelt message"
Heartfelt. O sea, sentido con el corazón. Así es Tom...gracias por tu tierna sensibilidad.
3 comentarios:
Tom Harrell toca como el OTRO.
como el otro quien?
A anónimo 1 le falla el qwertyuiop
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