En Marzo de 1974 el pianista y compositor Mike Westbrook y el multi-saxofonista John Surman viajaban a Suecia para responder a una invitación de la Stockholm Radio Jazz Group. Las obras a interpretar en vivo y grabar eran el Citadel, una composición inspirada en una idea extraída de la novela "Ciudadela" de Cronin, y Room 315. Esta última debía su título a una sala de ensayo de una escuela de bellas artes, donde Mike encontró un hermoso piano de cola, y donde se refugiaba mientras esperaba que su entonces novia, Kate Westbrook, saliera de su curso. El lead de la fila de trompetas era un joven músico argentino, llamado Américo Bellotto. (ver entradas anteriores de este blog).
Poco tiempo después del golpe de Marzo de 1976, nuestra familia, luego de un fallido intento de radicación en Brasil, se instalaba en Londres. Ni bien pude establecer alguna base de supervivencia laboral, comencé a relacionarme con la actividad musical del barrio de Walthamstow, donde nos tocó vivir por casi 8 años. El primer músico que conocí, el trompetista Chris Holmes (luego fué el primer maestro de trompeta de Valentín) , al enterarse que era argentino, no me preguntó por Maradona, sino por Américo Bellotto. El nombre me sonaba vagamente, pero en verdad no lo conocía. Chris sacó un LP de Américo de su colección y me lo mostró.
Recuerdo mi ecuentro con la música de Mike Westbrook. Me causó conmoción escuchar su obra The Cortege, involucraba una Big Band de solistas increíbles, y que combinaba solos y arreglos dentro de una estética francamente vanguardista, aunque la idea de un cortejo fúnebre se ilustraba con el tradicional himno Fly as a bird to the mountains que evocaba las raíces más profundas del jazz. También la integraba Kate, tocando fliscorno tenor, y teniendo a su cargo la parte vocal, sobre un texto de una naturaleza poética, que impregna todas las composiciones de Mike.
Poseer hoy una computadora con conexión banda ancha me permite volver a escuchar las transmisiones de la BBC 3- donde seguramente escuché aquella grabación de Westbrook. A sus 75 años, se hizo un programa especial en su homenaje, que motivó que le escribiera diciendo cuánto me había impresionado su música, y contándole mi amistad con Américo, que recordaba aquella tocada con él y Surman. Como buen inglés, no solo me contestó, sino que quiso mandarnos una copia en CD de aquella evocativa grabación con la orquesta de la radio Sueca.
¡Emoción indescriptible!
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