¿Donde van todas las biromes que se pierden? Es una pregunta que insiste en mi vida, aunque me doy cuenta que habría que ampliar la pregunta. Después de todo, ¿qué se pierde con una birome? Algún dinerillo quizás, pero es un objeto inerte, que simplemente reposa en su escondrijo, sin alterar ni alterarse. Quizás hay alguna letra que se lleven consigo, algún texto, anotación. Pero, después de todo, un siempre consigue otra birome de reemplazo, por vía de kiosko, o préstamo. El limbo contiene otras cosas que albergan potencialidades más complejas. ¿Qué pasa con nuestros hijos no nacidos? ¿Con nuestros espermatozoides malogrados?, y fundamentalmente, ¿con las bandas que no pudieron ser?
Una vez me encontré diciendo frente al público, que siempre había que pensar que cuando actúa un conjunto en un escenario, por malo que sea, se está produciendo un pequeño milagro. Puede que no dure más allá que ese instante. Ocurre que desaparecen aún cuando las animan ideas creativas poderosas, o proyectos compartidos por todos. Lo que se hizo se recuerda con nostalgia, tristeza, y se lo trata de elaborar. Pero lo que duele más es lo que no pudo ser, lo que podría haber sido. No ha de ser muy distinto a cuando se muere alguien joven. O peor aún, cuando desaparece algo antes de que operara sobre ella el azar y el devenir. Algunos se entretienen pensando qué sería si Bix o Brownie hubieran vivido más años, si Parker pudiera juntarse otra vez con Gillespie, u otros dream-team de gigantes que nunca tocaron juntos. No es un ejercicio que me interese mucho. A lo mejor, de haber sucedido, darían resultados obvios, pero decepcionantes. Es lo insólito de juntar piezas disímiles, aún desparejas, lo que a veces produce un acontecimiento. Pero bueno, demasiadas veces los proyectos que generamos en la perisferia, en la aldea, apenas insinúan su promesa, estallan, y desaparecen.
El 23 de Diciembre falleció el banjista Aníbal Betinotti. Me pidió tantas veces que tocáramos juntos. Salvo alguna jam furtiva, eso nunca sucedió. Creo que nunca pensé que podríamos haber hecho juntos. A lo mejor me faltó imaginación.
1 comentario:
Estamos en el Limbo
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