miércoles, noviembre 28, 2012

Sergio Tamburri R.I.P


Publico tarde, una noticia que me costó asimilar. El 17 de Noviembre falleció (esta vez de verdad) Sergio Tamburri. Hacía unos meses que le habían diagnosticado una enfermedad de la sangre, y se notaba su gradual retiro de skype y facebook, a medida que entraba y salía del hospital de Houston. Creo que había cumplido 70 años, pero su jovialidad y aspecto correspondían a las de un adolescente tardío.  Sus hijos vivían cerca, y se nota que lo rodearon de afecto durante sus últimos días. Había nacido en una lejana isla del mar Adriántico, cercano a la costa croata. Cuando después de la segunda guerra mundial Italia debió resignar su soberanía sobre la isla, el padre subió a su familia a un bote y remó hasta la costa italiana. Poco tiempo después emigraron a la Argentina, donde al joven Sergio se le pegó el sobrenombre de “Tano”, que portó con orgullo toda su vida. Era un muchacho de inquietudes variadas que iban desde el motociclismo deportivo hasta las diversas tendencias artísticas que pululaban en Buenos Aires. Tomó interés en el movimiento de jazz revival y adoptó el trombón, instrumento con el que integró los Santos Lugares Stompers, el primer grupo de jazz que escuché en mi vida. Luego fue el ladero de Norberto Gandini en la fundación de la primera (y yo diría la única) Porteña Jazz Band. Eran verdaderos hippies, exponentes de aquella época de los sesenta y principios de los ’70. Defendían en espíritu creativo y negro de aquella banda, cuya alma luego fue vaciada.  Gandi volcado a la plástica y Sergio interesado en el cine, industria en la que participó años más tarde en EEUU con un realizador famos que creo que era Luis Puenzo. Lamento tanto que Sergio no haya escrito finalmente sus memorias como se había propuesto. Su vida estaba poblada de incidentes coloridos. Se alejó del país cuando la sombra negra cayó sobre la Argentina en 1976 y se radicó en Brasil. Desde allí llegaban esporádicamente algunas noticas sobre sus actividades con bandas brasileras, y como músico de blues junto a un integrante de Manal que también había optado por dejar el país. Su nombre empezó a adquirir cierta tonalidad mística, y se lo lloró e los ’80 a raíz de una noticia que lo daba por muerto a manos de un sicario en Rio de Janeiro (conservo una grabación radial que anunciaba su muerte). Pero reaparece vivito y coleando años después en EEUU, donde luego del proyecto de productora de cine que mencioné antes, se había consolidado como un pequeño empresario de IT. Había dejado el trombón, pero seguía haciendo música con un acordeón con el que tocaba blues, jazz, tangos y tarantelas. Otro proyecto trunco fue el de encontrarnos en New Orleans para tocar en la calle…me costaba un poco aceptar su idea de que nos vistiéramos de traje de cola y sombrero de copa, pero igual me iba a animar. Su muerte me vuelve a agitar ideas sobre los efectos del arte y de su ejercicio, que a veces me imagino como moléculas que se expanden en diferentes direcciones, y que tienen efectos impredecibles.

3 comentarios:

Horacio dijo...

Muy linda semblanza de Tamburri, sentimental y cálida. Lamentalemente después de su encuentro y caídas los mitos urbanos de su temprana desaparición, se fue para siempre. Me gustó la descripción de La Porteña, que comparto.

Earling (Esteban) Garvie dijo...

Gracias Horacio. Sé de la importancia de aquella época de la Porteña para vos.

Jazzman50 dijo...

Muy lindas sus palabras Sr. Esteban.
Nos dejo otro grande de la epoca de oro del Jazz Tradicional.