Con este título se inicia una discusión en el foro de Jazz de la BBC inglesa. Ocurre que gracias a tener banda ancha, estoy escuchando los excelentes programas documentales de jazz en BBC Radio 3. Como accesorio a los archivos que conservan los programas durante una semana después de su emisión, se invita a los escuchas a participar en el foro de discusión. Me sentí tentado a entrar en ella, y terminé participando con algunos comentarios. La aparición de un título que aludía al actual conflicto en Medio Oriente, originó una serie de sucesos que atraparon mi atención durante las últimas semanas. Todo se origina con un comentario irónico que incia una línea de discusión. "Que Cese el Bombardeo" es el nombre de una grabación de jazz hecha en el estudio de Rudi Van Gelder en 1969. Esto fué seguido por una serie de adhesiones de participantes que volcaban su consternación por la agresiva política del estado de Israel, que insiste en una solución militar a su conflicto con los sectores árabes, sin importarle los llamados "daños colaterales". Muchos de los integrantes del "messageboard" son músicos, en general sensibles y simpatizantes de la saga del pueblo judío, pero indignados por los actos de terrorismo de estado que estamos presenciados estos días. El funcionamiento de estos foros, alojados en un organismo estatal como es la radio oficial inglesa, tiene un sistema de "moderación" que hace que aquellos comentarios que se consideran ajenos al tema del foro sean borrados. Ahí se ve con toda crudeza como opera la censura, cuando el poder ejerce su control sobre cualquier manifestación que cuestione sus política. Lo gracioso es que muchas intervenciones intentaban equilibrar la discusión defendiendo la agresión de los invasores. Todo esto pone de relieve nuevamente la vieja cuestión de la relación del arte, (y el jazz como manifestación artística) con la sociedad en la que se genera y practica. Digo vieja, porque fué un debate que nos atravesó en los 70, pero ahora que los misiles matan inocentes de una manera obscena, nos obliga a despertar a los perros dormidos. Sostengo aún la posición que la música no es ajena a la vida, y que manifestar opinión en estas cuestiones es un derecho inalienable.
miércoles, agosto 09, 2006
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