De regreso a Mar del Plata, volvemos a las actividades musicales en nuestra querida aldea. Un tropezón me provocó una herida cortante en la mano derecha, lo cual me dejó fuera de acción hasta hace poco. Américo Bellotto estaba visita, y me salvó cuando hubo que tocar con Dársena Jazz hace un par de semanas. Américo luce un yeso por un accidente idéntico, pero pudo seguir tocando porque se rompió fué algo de la mano izquierda, lo cual causa una imagen algo cómica cuando sostiene el instrumento. Un cambio de lujo sin duda, que cumplió con su amigo como buen deportista, sin hacer demasiados comentarios sobre nuestro nivel musical local.
Logré mejorar lo suficiente para arriesgarme a cumplir con una fecha de grabación organizado por Ricardo Pereyra con el mismo grupo con el que hicimos aquella fecha en Radio Nacional hace algo más de un mes (ver blog). La situación de grabación exacerba mis habituales nervios de escena, además de poner en relieve las fallas técnicas que parecieran ser disimuladas cuando se toca en vivo. Igualmente logré cumplir con las tomas de cuatro temas, encerrado en una casilla junto con el saxofonista Hernán Galeano. A Juan Antonio Rodriguez y a Ricardo no los podía ver, ya que estaban ocultos tras una pantalla que los escondía de Pablo Gonzalez y su batería.
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