jueves, septiembre 01, 2005

New Orleans bajo el agua.

Imposible no sentir desesperación ante la catástrofe que afecta la ciudad que acunó nuestra música. Las imágenes de los noticieros funcionan como reflejos de una verdad que suele estar tapada por la supuesta prosperidad del imperio. No se ven muchas caras blancas entre los refugiados del Superdomo. Las defensas de barro que cedieron, y las bombas anticuadas superadas por la inundación revelaron que tanto en EEUU como en Santa Fé, los pobres y los marginados son los que mas sufren la desidia de la sociedad. Sobre la superfice flotan la miseria, los saqueos, la violencia. Acaso el destino de la ciudad sea quedar sumergida, y con ella la historia mítica de un arte que nació en el pantano y la pobreza.

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