lunes, mayo 22, 2017

Leo Masliah

21 de Mayo- Leo Masliah + Los Carlitos - Club Tri.

Me apresuro a relatar el gig de anoche en el Club Tri, un espacio creado por los que inventaron el Trimarchi, el gran festival de diseño y campos aledaños que se celebra anualente en Mar del Plata. Ellos quisieron establecer un lugar donde propicar eventos en dosis más homeopáticas durante todo el año. Es un lugar muy amplio que ofrece una singular mezcla de entretenimiento cotidiano (ping-pong, golfito..) con un ambiente adecuado tanto para el estudio y la lectura como para la amable socialización. En esta oportunidad acondicionaron su amplio salón para un recital del formidable Leo Masliah.
Leo es un artista que reúne todos las condiciones que admiro y de las que carezco; Excelente formación musical, y solvencia técnica como pianista. Compositor prolífico tanto de música académica como de generos irónicamente ligeros. Inteligencia lógica proverbial asociada a una cultivada información sobre diversas corrientes de pensamiento. Humor incisivo, que oscila entre la sonrisa (en sentido figurado ya que rara vez sonríe en escena) sarcástica y el remate desopilante. Escritor, poeta, dramaturgo. En fin, se trata de un ícono que ha alcanzado popularidad, sin haber recurrido nunca a la vulgaridad. Su recital se inició con la "Sonatina" de Héctor Tosar, un compositor uruguayo del que no hemos tenido muchas noticias de este lado del Rio de La Plata, dando razón a la célebre frase de Napoleón: "la geografía es el destino". Su bella obra instaló un clima de concierto que impregnó la noche. Luego siguió con una composición propia ("de carácter más armónico...o sea insulso") que terminó de sellar el carácter predominantemente instrumental al concierto. Luego se asomó el monólogo con derivaciones bizarras, y las canciones, que siempre tienen un ingrediente punzante de observación crítica, y que subrayan su habilidad pasmosa de cantar mientras hace malabarismos con el piano.
Mi sensación es que en este momento de madurez, el concertista va ganando terreno sobre el humorista. 
Su presentación totalmente desprovista de demagogia, contrastó con nuestra intervención, donde  a modo de banda soporte, exhibimos el rostro algo chabacano de Los Carlitos, con nuestra cumbia, marcha y cosas por el estilo. Pese a que me sentí algo humillado por el contraste por la comicidad mucho más artística de Leo, no voy a poder terminar de agradecer a los chicos y colaboradores del grupo Trimarchi, por la oportunidad que nos dieron de compartir el escenario con semejante figura.

viernes, mayo 05, 2017

Opina Garmendia.

Hola gente....soy Garmendia nuevamente. Me invitó el dueño del blog a hacer un comentario sobre el llamado "Jazz Fusión"
Vamos a empezar con una definición: el Jazz Fusion es una mierda.
Bien, ahora podemos ir por partes. A ver, fusión, ....¿fusión con qué?....que necesidad hay de fusionar,...mezclar, si ya hay formas puras que participan de la perfección en el mundo del éidos...de las ideas verdaderas, buenas, y bellas. Ya lo dijo Platón (sí, ése que dijo donde caía la última gota).  Así que tenemos el Jazz puro, el verdadero, y no hay necesidad de andar ensuciándolo con mezclas, con juntar la chicha con la limonada, y producir algo que no es ni una cosa ni la otra.
Por ejemplo, eso del Jazz Rock. ¿Qué quieren decir con eso?...¿la música del elefante-hormiga?. A ver muchachos...cada uno a lo suyo. Ya te das cuenta que es lo que se viene cuando suben al escenario. Para empezar son sucios y se visten como si fueran motoqueros o melenudos de dos décadas atrás. No tienen estilo ni fineza. Luego empiezan a desplegar cables, y llenan el escenario de micrófonos e instrumentos eléctricos. Siempre tienen que hacer "prueba de sonido",que debe ser para ensayar cosas que no saben tocar bien. Desde la primera nota es obvio que el objetivo es romper los tímpanos del público. Tocan tan fuerte que no se distingue bien un instrumento de otro. Además suelen cabecear o moverse como si estuvieran en una suerte de trance satánico.  Creen que si ponen cara de coito y perrean, la gente va a pensar que tocan bien. ¡No entiendo porque suponen que tocan jazz!...¿porqué invocan la palabra siquiera? Yo digo que son de otro palo. En sociedades que cuidan la pureza de su población, la solución a la que pueden echar mano es mandarlos de vuelta a su país de origen. Pero en este caso ¿adonde los deportamos si son de acá?. Bueno, yo propongo lo siguiente: juntarlos todos con sus familias y mandarlos a un lugar donde no molesten. Tenemos la isla Martín García por ejemplo. Ahí habría que construírles unas lindas casitas. Yo no digo que haya que tratarlos mal, por el contrario, armarles un lugar donde van a estar contentos porque pueden estar con todos los que son iguales que ellos. Hasta diría que hay que proveerlos de equipos de sonido, y todo tipo de aparato procesador de sonido, procesadores, pedales, todas esas cosas que les gustan y ahí serían felices y no molestarían a la gente con sus decibeles. Ya veo que van a saltar los que dicen que soy un prejuicioso, estigmatizador y todo eso. ¿Y qué culpa tengo yo si éstos se estigmatizan ellos mismos con sus gestos exagerados, y usurpación de nombre? Groarrr.....