martes, mayo 31, 2016

Carlos Balmaceda R.I.P

Me duele la noticia que recibí del fallecimiento de Carlos Balmaceda, producida el domingo 29 pasado.

Me duele por varios motivos. En principio porque leía reiteradamente su nombre en una obscura revistita llamada "Jazz Magazine" cuando yo apenas tenía 13 años.

Me duele porque se lo reconoció como el tubista emblemático del jazz Argentino, porque la tuba siempre fue un instrumento que me fascinó. 

Me duele porque fue mucho más que un tubista. Fue pianista, arreglador, docente y uno de los primeros en jugarse profesionalmente como músico exclusivamente de jazz.

Me duele porque lo conocí personalmente, porque tocamos juntos, porque alguna vez vino ayudarnos la vez que  Viva Buddy Bolden tocó en Buenos Aires. ( y lo obligamos a uniformarse)

Me duele porque formó parte de las primera formación de la Porteña Jazz Band,...aquella heróica de Gandini y de sus dos primeros álbumes grabados.

Me duele porque se lo criticó (me incluyo) por armar "piñateras" (bandas ad-hoc para hacer fechas en eventos, publicidad etc), sin considerar que él vivía precariamente de eso, y que además le daba trabajo a incontables músicos que convocaba desde su libretita donde figuraban más músicos que en la guía telefónica.

Me duele porque a uno de los que le dio trabajo fue a mi hijo Valentín, con el que pudo ganarse unos pesos y soliviantar sus estudios en la UCA.

Me duele porque en algunas oportunidades me llamó desde BsAs para que yo hiciera fechas con su banda comercial, lo que me daba una oportunidad de costear mi viaje a la Capital para ver a Valentín, y tocar un rato con él.

También me duele que así como se lo denostaba como "piñatero" realizaba la tarea obsesiva de transcribir nota por nota, con la precisión de una herramienta digital, las grabaciones de Bix and his gang, y otras grabaciones del genial Beiderbecke. Su labor de monje medieval fue un acto de devoción que supera la de cualquier efusión de los tantos fanáticos de Bix.

Me duele porque también convocó a Valentín a tocar esas transcripciones preciosas, por lo que se demostró que el trombón picante y versátil que tocaba Bill Rank era a vara, y no a pistones como creíamos los tradicionalistas ignorantes que desconocíamos la versatilidad de ese noble instrumento.

Me duele porque también sé que sufrió de desolación y dificultades personales y familiares que lo llevaron a vivir en una carpa bajo unas arcadas de BsAs, junto a su perro mascota.

Me duele porque pese a sus conflictos y detractores, sentía que la comunidad musical jazzera era su familia...tenía especial afecto por Carlos Damadián, y recuerdo que me llamó llorando cuando se enteró de la muerte de su amigo.

Me duele porque en los últimos años había encontrado una compañera que le dio apoyo y cariño...creo que por fin se sintió amparado y feliz, aunque fuera por poco tiempo. 

Y finalmente me duele....porque sé por quién doblan las campanas....



5 comentarios:

Laci Trakal dijo...

Muy bien Esteban . . . a mí también me duele

Unknown dijo...

Me emociono porque necesito, en medio del dolor de la perdida de mi compañero, leer por fin palabras de reconocimiento hacia Carlos, quien tanto ansiaba reencontrarse con sus pares, los mùsicos, desde el enorme amor al jazz, haciendo mùsica nuevamente, lo que le costaba mucho porque estaba enfermo y no podia dejar de soñar con volver armar, como el decia, "el conjunto Bixiano", no pudo ser,ultimamente sufria mucho por esto.
Muchas gracias Esteban, Laci, y todos los amigos marplatenses de Carlos, que compartieron su gran pasiòn.

Unknown dijo...

Gracias Esteban por tan lindas palabras respecto honrando a Carlitos Balmaceda. Lo conocía desde la decada de los sesenta, cuando yo tocaba guitarra en Los Blue Strings con a los hermanos Lopez Furst y aun de antes creo. Cuando deje la música en 1964, lo veia solo en sus actuaciones muy de vez en cuando. En el 2009, sumergido en mi trabajo de medico pediatra en el Hospital de Niños, decidí volver al jazz como distracción, pero mi mano había perdido mucho después de tantos anos, para pulsar la guitarra con cuerdas de acero. Me acorde de Carlos y el se ofrecio a darme clases de ... piano en mi casa, pese a que vivíamos distantes. Fue una experiencia fascinante. Me inicio en lo básico (yo no sabia nada de piano), durante casi medio ano. Tenia alma de docente. Se hacia querer fácilmente. Desde el 2010 no supe mas nada de el, hasta que me llego esta triste noticia. No se que la habrá sucedido y me hubiera gustado estar mas presente para ayudarlo o comprenderlo al menos, como ha sucedido con amigos músicos imborrables (negro Gonzalez, Baby LF, Carlos Costantini...). Besos a Soledad. Carlos N Macri (carlos-macri@hotmail.com)

Anónimo dijo...

Hermoso recuerdo,sentidas palabras.
Mientras leo recuerdo conciertos donde tocaba Carlos y yo tenia 13 años,
nos paso la vida por encima.Sos un fenomeno Esteban!!
Abrazoo
Bocha

Anónimo dijo...

Conocí a Carlos por allá por los años 60, en el Círculo Amigos del Jazz. Además de buen músico era un gusto compartir una cena o un café con él. Siempre tenía una ocurrencia a mano, algo fresco que te hacía sonreir. Me alejé de la música (nunca ejecuté instrumento alguno, era solo un oyente) por diversos motivos y le veía ocasionalmente en algún acto o haciendo alguna publicidad.
Lamento su desaparición. Dónde quiera que estés Carlos, un afectuoso abrazo.
Néstor Galacho