sábado, agosto 22, 2015

Julian Maliandi Cuarteto

21 de Agosto- Julián Maliandi Cuarteto-Mingus Bar -  Julián Maliandi-g, Federico Viceconte-ts, Nicolás Pasetti-b, Luciano Monte-d

Luego de una estadía de una quincena en la Gran Manzana, en la que prácticamente todas las noches visitamos los lugares donde hoy se genera jazz en el centro del 1er mundo, fue interesante registrar mis  sensaciones al concurrir el jueves pasado a Mingus Bar, nuestro refugio de jazz local.
Para empezar, el lugar es más grande que todas las cuevas neoyorkinas que visité. Y no está en un subsuelo, sino a nivel de vereda, accesible directamente por cualquier transeúnte. Claro que allá los espacios están cubiertos de sillas, y no hay mesas donde aposentar cómodamente la bebida (comida no ofrecen). Se podría decir que en ese jueves de jam, había tanta gente como allá, la verdad es que en aquellos lugares lo menos que se paga es U$20/30, y que acá la gente estaba gratis. Otra diferencia es que el público específico de los lugares de jazz suele permanecer en silencio ante la actuación de la banda. Apenas se escucha algún murmullo desde la barra. Aquí las conversaciones a veces compiten en volumen con la música. Pero un punto que no deja de sorprenderme: el nivel musical en nuestro lejano pueblito de América del Sur, no tiene mucho que envidiarle a de las estrellas de New York. El cuarteto de Julián Maliandi en particular, cuenta con algunos de los que están en el pelotón de punta de la movida local, y tranquilamente podría brillar en Small's, Fat Cat, Cornelia Street Café, o el Village Vanguard. Y en cuanto a lo estilístico, no vacilo en decir que la propuesta estética de este grupo es más actualizada que muchos de los grupos que se presentan en aquellos templos sagrados. He escuchado el repertorio de Julián en tres oportunidades, quizás cuatro. Como ocurre con un lenguaje avanzado, su música no atrapa de inmediato, sino que a medida que se insiste con la escucha, uno empieza a apreciarlo con más intensidad. Ya estoy familiarizado algunos de sus temas, y empiezo a percibir ese placer en el reconocimiento anticipado de lo que se va a escuchar. Hay que remontar algunos hábitos de lo conocido. Aparecen métricas raras, gestos inusuales, énfasis en cuestiones tímbricas y en general, recursos absolutamente desprovistos de cualquier truco "ganchero". De modo que el enamoramiento es paulatino, pero cada vez más sólido.
En el mismo momento en que redacto estas líneas, el grupo está recluido en un estudio de grabación, registrando otro disco para la serie que está publicando ICM. Espero con muchas ganas poder escucharlo dentro de poco.

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