lunes, septiembre 20, 2010

Jazz : ¿Música pura, o show?

Américo Bellotto- Angel Sucheras - Bodega del Teatro Auditorium- Sábado 18

Creo que ya comenté otras veces que a mi llegada a Inglaterra y al anunciarme como argentino, no me preguntaron por Maradona, sino por Américo Bellotto. Por cierto, el que me hizo esa sorprendente primera pregunta era músico, y trompetista para más datos. Es que Américo era conocido por ser el lead de bronces de la afamada banda de Maynard Ferguson que por bastante tiempo tuvo su base en el Reino Unido, y que contrataba casi todos sus músicos ahí. La estética de Maynard era la de el despliegue espectacular y virtuosístico, y ser el que lo secundaba en la conducción de un pack de músicos calificados y de primera línea, tenía que ser alguien especial. El trompetista lead debe poseer características de precisión, seguridad y dominio absoluto del registro agudo de su instrumento. Debe encarar su tarea con una autoridad y firmeza porque se lleva al hombro toda una masa instrumental, en manos de un grupo humano típicamente anárquico y narcisista. El carácter de Américo y su talento estaban bien dotados para esa función. Pero quizás no tanto para el manejo sutil de las relaciones humanas, ni del gesto casi introspectivo del solista torturado á la Chet Baker. Es por ello que está un poco dislocado a partir de su retorno al medio musical porteño, donde no hay conjuntos profesionales numerosos que requieran de su función de líder, donde esa rara habilidad no tiene mercado y donde se vuelve intrincada la política para imponer un nombre como improvisador de jazz.
De modo que la estructura mínima de un dúo de trompeta y piano puede no ser el contexto más favorable para apreciar sus virtudes. Sin embargo, afirmo lo siguiente antes de continuar: Fue una oportunidad en que pudo desplegar una paleta amplia, llena de matices, donde no faltaron los momentos de suave delicadeza, particularmente en las baladas. El otro miembro del dúo, Angel Sucheras, es sin ninguna duda un músico excelente. Que no sólo acompaña sino que despliega muchos recursos con flexibilidad, en un estilo clásico, no muy lejano de la de un Oscar Peterson.
Para otorgar variedad al set, Américo usó una variedad de sordinas, y Sucheras cantó algunos temas, hablidad que ejercita a diario como pianista residente de grandes hoteles. Fue una muy buena muestra de jazz en una faceta clásica, hecha por dos gladiadores de la vieja escuela profesional de jazz. Dentro de esa línea se buscó hacer un show dirigido a un público amplio, tratando de establecer un clima jovial y agradable. Eso ciertamente se logró, aunque sólo en la medida en que la concurrencia era pequeña. El gran público sigue ausente de las tocadas de jazz.
Es que hubo un momento en que Miles Davis decidió abandonar toda amabilidad con el público, considerado un gesto de obsecuencia de los entretenedores "Tío Tom" para servir a sus amos blancos. A partir de ese momento se consideró de mal gusto cualquier concesión en función del espectáculo. A continuación hago un listado de los pecados cometidos por el dúo mencionado en su show del día sábado.
a) Hablarle al público.
b) Contar chistes.
c) Anunciar con antelación y en todos los casos, los nombres de los temas.
d) Explicar todo.
e) (Peor aún) Hacer referencias a la historia del jazz, de Nueva Orleans, de los funerales etc etc.
f) Tocar temas conocidos.

Debo admitir que a mí también me ponen nervioso todas estas cosas. Pero tomemos en cuenta algunos factores que suelen ignorar los modernistas, por llamarlos de algún modo.
a) Miles adoptó ese gesto en momentos de militancia política negra en los EEUU. No es nuestro lugar ni nuestra época.
b) En ese momento se apreciaba el valor de esa música. Se podía declarar, "les gusta nuestra música, entonces coman mierda".
c) Miles se hacía el antipático, pero por otro lado hacía las peores concesiones al mercado musical, adoptando el pop y el rock como material.
d) Nuestro tiempo, al revés que el de los incipientes '60, desprecia la actitud intelectual o mejor dicho, descarta de plano cualquier cosa que exija adivinar, investigar, o un esfuerzo por entender.
e) En la época de Miles interesaba la música, hoy se valora el "show"

Entonces...¿Habrá que seducir a "la gente", o no? Puede ser que el problema esté mal planteado...lo tendré que seguir pensando.




jueves, septiembre 09, 2010

Esteban noctámbulo

8 de Setiembre - Jauría- Dickens Pub

Aprovechando una de las escasas oportunidades que tengo para escuchar algo en las noches de la semana en que los boliches confinan el jazz progre (tipo miércoles o domingo ) , me sumé al poco público que acompañó al grupo conformado por Claudio "Colo" Sanchez (Tpt), Daniel Fernandez (Pno.) Alfredo Fasciolo (Str.bass) y Lucas Kulikov (Drs).
Hace un tiempo que los quería escuchar, ya que sabía que me iba a encontrar con algunas novedades. El Colo hace unos años que decidió concentrarse en extender su estilo más allá del dixieland que cultivó tantos años con su Bristol Jazz Band. Esta es la primera vez que lo pude apreciar plenamente en su conversión. Su labor como trompetista profesional en la Banda Municipal lo habilita técnicamente, y su logro también abona la idea de que es bueno una iniciación en jazz tradicional, al encarar las demandas de un gesto más contemporáneo. Sé mejor que nadie las dificultades para progresar estilísticamente, y sólo puedo felicitarlo por haber alcanzado el nivel que posee actualmente. Por otro lado el bajista Alfredo Fasciolo se ha largado a tocar el contrabajo, luego de años de persistir con el bajo eléctrico. Semejante esfuerzo también es admirable, e implica un gran crecimiento como músico. Sin duda que el color que presta el instrumento acústico es insuperable. Lucas Kulikov forma parte de una joven y reciente camada de bateristas que entendieron la sensibilidad del parche, y que saben que el tambor no es una cosa que se inventó para ser golpeado sádicamente. También lo pude escuchar con atención esta vez. Siempre me extrañó que Daniel Fernandez no tuviera más presencia en el ambiente. Hace años que vive acá, luego de migrar de Olavarría. Es un músico más que interesante, que toca con cierta delicadeza, quizás alimentada por su buena formación de base.

Llegué tarde al gig, y me tuve que contentar con escuchar apenas cuatro temas de la segunda parte. Un tema en trío donde se pudo apreciar el talento de Daniel, y luego otros tres temas con el Colo. Dos de ellos del tipo Funky Jazz que popularizaron como trompetistas Lee Morgan y Freddie Hubbard en su momento, pero que hoy al día suenan algo pasados de moda. En cambio el otro tema del set fue el conocido Rhythm-a-Ning de Thelonious Monk. Es notable como añeja mejor ese clásico "rhythm changes" que admite todo tipo de innovación. En este caso el grupo doblaba y desdoblaba el ritmo, resultando una versión atractiva y muy actual, aunque fuera un recurso que ya utilizaba Jelly Roll Morton y otros ya en 1920.
Como dijo el Colo en un momento: "El jazz tradicional no tiene fecha de vencimiento"