sábado, abril 24, 2010

Terrestris en Casa Azul

Video filmado editado por Beatriz Amado (ligeiarunner) de la tocada de Jazz Attack en Casa Azul (Sta.Clara del Mar) en Febrero. Valentin Garvie hace de A. Desiata. Estamos tratando de averiguar el nombre del perrito.

Festiferio 2010

16 y 17 de Abril- 22 Edición de Jazz en Abril- Teatro Auditorium

Vigésima segunda edición. Eso quiere decir que ya van 22 años seguidos que participo de este ejercicio anual, tan esperado como la fiesta anual del pueblo, anticipada como la exhibición de verduras del pueblito europeo, o de la muestra de arreglos florales de las viejas de mi Ranelagh natal.
Cuánta energía, cuántas disputas, cuántas horas de reuniones previas, decepciones y emociones enterradas. Y por otro lado cuántas sorpresas, cuántos descubrimientos y momentos maravillosos vividos en la calle con el "parade" o disfrutando de las diversas presentaciones de grupos y solistas invitados.
Y además, que diferentes fueron las circunstancias, desde los mega festivales con la participación de hordas de músicos, desfiles multitudinarios con carrozas que hacían temblar el centro marplatense. Y también el desastre de los excesos, impulsados por el insaciable e inolvidable Bocha Martinez Lora. Y aquellos días obscuros de las crisis, en las que se cumplía con la fecha con apenas algunos amigos y la participación de los locales.
Hace ya años que dejó de ser un esfuerzo colectivo. Ahora es un ejercicio que lleva adelante Ferio Espinosa con casi ninguna participación de los demás músicos, salvo algún amigo cercano y su pequeño equipo familiar de producción.
Todos hemos dicho en algún momento, y aún esta vez. "Si no fuera por Ferio este festival no se hace" . Y nuestra gratitud ha sido sincera. Pero ahora, creo que llegó la hora de otra sinceridad. Ya pasó la hora de los reconocimientos, los pergaminos y la vana autofelicitación. Siempre habrá quienes felicitan. Siempre habrá cosas que se pueden rescatar. Pero, ahora a decir lo que verdaderamente pensamos, y a enfrentar la dura realidad.
Para eso tenemos que criticarte, amigo Ferio:
Ferio.......¡NO........TE ........TENEMOS.......MIEDO!!!!
Los hechos son que se ha perdido toda sensación de esfuerzo colectivo para el festival. Los músicos jóvenes de la ciudad y sus conjuntos no participan, así como se ve restrigido el espectro estilístico del evento. Los que si pueden tocar somos siempre los mismos, y no acompaña el público no porque la entrada sea cara, sino porque no es estúpido y saben que ya están hartos de ver siempre lo mismo. No se puede concebir lo que debería ser un homejane a un género amplio y creativo como el jazz, a una especie de Orión ampliado. Lo que es peor, es que se está dilapidando una tradición que es un tesoro no sólo para los músicos, sino para la ciudad toda.
Conocemos las excusas. La falta de apoyo oficial, la falta de auspicios, la crisis etc etc. Pero son argumentos que pretenden ocultar la verdadera naturaleza del problema que es la falta de gestión. Por cierto que la falta de presupuesto es un problema, pero no se puede pretender hacer funcionar un festival organizándolo un sólo mes antes y sin convocar a todos los los que tienen interés en el asunto. Por cierto que nadie puede pedirle a Ferio que se ocupe del modo que lo hace por el mero amor al arte. Es un ejercicio de producción y merece su renumeración, pero en el estado actual de las cosas, lo que hay es una insidiosa sospecha, que en gran parte es infundada, pero que envenena la intención de unirnos para sostener el festival. Es un modelo de liderazgo lo que está en la raíz del problema.
Mi opinión, por lo que vale, es que retorne algo de lo que debió ser siempre un Jazz Club en lugar de invocarlo como una abstracción.
Como dijo el General, sólo la organización vence el tiempo.





martes, abril 13, 2010

Pablo Fronzi

"Pibe, que no te agarre el porvenir" me recitaba sardónicamente Pablo Fronzi como una de sus tantas frases célebres extraídas de su experiencia mundana. Ayer recibí la noticia de su fallecimiento, que habría ocurrido un día antes. Ya lo habían enterrado sin dar participación, cosa que a él no le hubiera molestado, porque su pudor le impedía solicitar antenciones por su intimidad. La noticia combina la tristeza con el alivio. Yo lo había visitado en el gerontopsiquiátrico donde estaba confinado desde hacía más de un año. El cuerpo consumido y la mirada extraviada con el que me encontré ya no era el de mi amigo, con quien he mantenido y mantendré un diálogo interior practicamente todos los días.
Recuerdo haberlo divisado cuando yo era un adolescente. Su pelada inconfundible era notorio en los cafés del centro, donde establecía sus bases de operaciones como exitoso vendedor mayorista de lencería. El próximo recuerdo que tengo es el de verlo en un ensayo de la Banda Municipal, donde yo me habría colado. Seguramente lo habría entusiasmado el maestro Galeana, que era el director de ese momento a que tratara de reforzar la línea de cornos. Pablo tenía antecedentes de trompetista, de aquellos que según Vito Martinelli " mataba a las gallinas a cinco cuadras de alrededor"
Me tocó hacer la misma operación cuando formábamos la vieja Criolla Jazz Band, convenciéndolo a que toque la tuba...cosa que negoció a cambio de que la pagáramos entre todos.
Eran las épocas en que sus proezas comerciales lo colocaban en el lugar del muchacho rico de la barra, lo que le valió todo tipo de cargadas encubridoras de nuestra envidia.
Durante los años de mi exilio visitó año tras año a mi madre en Santa Clara del Mar cada vez que se acercaban las fiestas. Su lealtad y compromiso con la palabra eran inconmovibles.
Luego seguimos compartiendo música, él siempre en la tuba, y yo saltando de un proyecto a otro hasta que formamos Viva Buddy Bolden, el grupo con el que compartimos los mejores momentos de fortuna musical. Pero creo que más que la música, Pablo fue un acompañante de la vida. En nuestros innumerables encuentros charlábamos incansablemente. Bastaba que yo tuviera un rato libre para que lo llamara y en minutos estuviéramos tomando un café. Yo creo que él funcionaba como un especie de inciador en las cosas de la sabiduría popular, o de la experiencia porteña de quien se hizo de abajo. En eso yo sólo podía ocupar el lugar del ingenuo párvulo. Mi candidez se redoblaba con mi pátina de universitario, presunción que él hábilmente reducía a su verdadera medida de insuficiencia.
Gracias Pablo. Quienes te conocimos te recordaremos con afecto siempre, y las más de las veces con una sonrisa recordando tus anécdotas.