lunes, octubre 27, 2008

Esperanza Spalding en Mar del Plata

El domingo 26 de Octubre tuvimos la rara visita de alguien que está en estos momentos en la cresta de la ola del jazz americano y europeo. Quizás porque todavía es muy joven y tiene ganas de salir de gira a lugares exóticos, o porque quisiera recorrer lugares que tuvieran relación con sus antecedentes latinos, Esperanza Spalding, una belleza afro-latina tocó en nuestra ciudad, luego de visitar Buenos Aires y Neuquén. Yo la vengo siguiendo desde hace un par de años, por las transmisiones de la BBC, donde viene adquiriendo cada vez más presencia. Ha trabajado como integrante de los conjuntos de los jazzeros de primera línea. Creo que la primera vez que la escuché tocaba con Joe Lovano. Paralelamente va estableciendo su carrera como líder y solista, apoyándose en su doble carácter de vocalista e instrumentista. Simplemente verla tocar el contrabajo es revelador. Pareciera que el instrumento la hiciera bailar a ella, en una especie de articulación que recuerda la de una pareja de baile. Con absoluta independencia, canta líneas melódicas intrincadas y de muy amplio registro. Ocupa el centro de la escena de un modo tal que sus músicos acompañantes, todos de muy buen nivel, quedan enclipsados. Además, desde el lugar de primera fila pero debajo del escenario, los pobres muchachos quedaban tapados por sus instrumentos. Su musicalidad fluye con tanta intensidad, que se borran las marcas de la formación berkleesera. Los únicos rastros que parece haberle dejado el paso por la célebre fábrica de músicos de Boston es cierta predilección por los tiempos compuestos y complejos. Pero su ejecución es tan natural y suelta, que uno casi no percibe su alejamiento del clásico 4/4.
El local estaba plagado de músicos....supongo que ellos como yo sentían esa mezcla de admiración y envidia frente a tanto talento.

lunes, octubre 20, 2008

Festival de Bahía Blanca 18 de Octubre 2008

El viejo Hotel Muñiz nos volvió a albergar para esta edición del festival de Bahía Blanca. Esta ocasión me encontró cambiado con respecto a otras ediciones, pero también ha cambiado el perfil del festival. Mis intervenciones en el pasado fueron con conjuntos de corte tradicional, o "neo"-tradicional. Esta vez, como miembro de Jazz Attack volví convertido en músico bopero.
Por parte del Jazz Club de Bahía Blanca, el cambio ha sido similar. Antes denominaban a su evento anual un "Festival de Jazz Antiguo" . Hoy lo que se presenta es un mix que va del New Orleans al "moderno" (Moderno...un término que cada vez significa menos).
Lo que me parece rescatable es que al abrir las puertas estilísticas se han sumado muchos músicos jóvenes, y el resultado es que ya poseen una masa crítica de jazzeros locales que les permitiría armar el festival exclusivamente con músicos propios. Es un proceso que hemos vivido en Mar del Plata. Queda la añoranza de las pasadas reuniones con gente de otras provincias, el parade, las jam sessions de trasnoche, pero bueno también era un modelo que por reiterado se volvía aburrido.
No pude dejar de recordar los esfuerzos de los lideres anteriores...Bermudez Igartúa, que apenas pude ver furtivamente, y sobre todo a Juan Carlos Castagnet, fallecido hace un año, un verdadero gentleman que atendía a los visitantes como si fueran de su familia.
De nuestra participación puedo decir que creo que al menos justificamos lo que gastaron en nosotros. Nos presentamos muy bien vestidos pero tarde para la prueba de sonido, de modo que sufrimos sobre todo al comienzo del set por no poder escuchar nada más que al bajo y la batería sobreamplificados por los monitores. Hubo que pilotearla soleando medio en piloto automático. Obviamente no se rindió en la medida de lo deseado, pero debo decir que tanto Hernan y Pablo (sx.tenor y contrabajo) que se sintieron especialmente disminuídos, recibieron buenas críticas. Al menos eso escuché de Néstor Rayes, otro soldado local que volvió a presentar a su 52nd St. Big Band, esta vez con músicos de más experiencia al menos que en sus comienzos.
Habría que hacer una mención especial del Grupo Vocal Taboada. En general las agrupaciones corales sucitan expectativa cero entre los músicos del palo, pero en el caso de estos cuatro jóvenes (dos muchachos y dos chicas) el resultado fue sorprendente. Supieron dotar al estilo vocalese de mucho swing, quizás más de muchos de los que tocamos en conjuntos instrumentales.